Jueves, 25 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6248.
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CRISIS INSTITUCIONAL / El fiscal ha de escuchar al presidente y decidir si confirma la acusación / De confirmarse el procesamiento, Katzav renunciará al puesto / También podría ser destituido por el Parlamento
El primer ministro de Israel pide que dimita el presidente por el escándalo sexual
Katzav insiste en su inocencia y afirma que va a luchar para «limpiar» su «buen nombre»
MARTA MIERA. Especial para EL MUNDO

JERUSALÉN.- El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, se pronunció ayer por primera vez contra el presidente, Moshe Katzav, acusado de varios delitos sexuales, y le pidió que abandone su puesto. Katzav, sin embargo, convocó una lacrimógena rueda de prensa y prometió «luchar para limpiar» su «buen nombre». Y se niega a dejar el puesto hasta que no se confirme que va a ser procesado.

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Olmert fue contundente. «No puede permanecer en su puesto. No tengo ninguna duda», dijo el primer ministro israelí, quien añadió que la jornada había sido «triste para el Estado de Israel».

Los abogados defensores del presidente acababan de pedir a la Knesset (Parlamento) que Katzav fuera eximido de su cargo durante tres meses. Poco antes, Moshe Katzav hacía una puesta en escena ante los medios de comunicación, junto a su mujer en Jerusalén, donde lanzó un alegato emotivo y apasionado sobre su supuesta inocencia y eludió declararse incapacitado para seguir en su puesto. Eso sí, el presidente se comprometió a dimitir si el fiscal general del Estado, Menahem Mazuz, decide finalmente procesarlo por delitos sexuales, si bien juró luchar «hasta su último respiro».

«La ley no me exige dimitir. El fiscal general no me ha exigido dimitir. No estoy dispuesto a rendirme a las calumnias», declaró. Y añadió: «No pienso bajar la cabeza y dejar que atropellen mi honor. Me defenderé, aunque tenga que luchar en una guerra mundial. Voy a luchar para limpiar mi buen nombre».

El presidente, de 61 años y de origen iraní, aseguró que no hay «ninguna evidencia, ni ninguna prueba» de las acusaciones de delitos sexuales vertidas contra él.

«Creédme, ciudadanos de Israel, yo no me escondo (...) Los cargos contra mí no tienen nada de real (...) Nunca herí a ningún hombre ni a ninguna mujer (...) No creáis lo que dicen las encuestas, la prensa, ni las calumnias, ni las afirmaciones de que hay dos verdades. Hay una sola verdad y es que hay una conspiración criminal y dolorosa contra mi», apuntó Katzav, en un mensaje a la nación.

El presidente, que llegó a gritar a los periodistas durante su alegato, lanzó duras críticas contra los medios de comunicación por no haberse parado en ningún momento a considerar si los cargos eran ciertos o no, y los acusó de haber violado la ética periodística.

«Hace meses que mi familia, y yo personalmente, estamos bajo un agresivo y vergonzoso ataque», afirmó. «A pesar de la humillación, he respetado la ley y me he abstenido de responder para no obstaculizar la investigación», agregó.

Si el presidente finalmente es llevado a los tribunales, será acusado de varios delitos de violación, acoso sexual, actos indecentes, abuso de poder y obstrucción de la justicia. Además es sospechoso de estafa por la adquisición de copas de plata, compradas con dinero público, con las que obsequió a familiares y amigos, delito cuya pena es de tres a cinco años de cárcel.

En total, podría ser condenado a una pena máxima de 16 años relacionada con la supuesta violación de una empleada suya cuando era ministro de Turismo, entre los años 1998 y 1999. En el caso de la otra violación, la de la ex jefa de su gabinete, la pena es de tres años de cárcel pues la cometió con el aparente consentimiento de la víctima, pero abusando de su autoridad.

Katzav deberá presentarse a una audiencia preliminar antes de que sea formalmente encausado por los tribunales y se espera que presente nuevas pruebas con las que eludir el juicio.

Por el momento, goza de inmunidad y no puede ser destituido más que por la Knesset (Parlamento) y para ello, se necesita el voto de dos tercios de la Cámara, esto es, 90 de los 120 representantes de esa Cámara Legislativa.

Sus abogados creen que durante una audiencia del fiscal y asesor jurídico del poder ejecutivo con Katzav, Mazuz cambiará de opinión, pero en el Parlamento va en aumento el número de diputados decididos a destituirlo. Ayer mismo 30 diputados firmaron una petición en la que llamaron al Comité de Asuntos Parlamentarios a comenzar los procedimientos para forzar la dimisión del presidente israelí. Otra opción que maneja la Cámara es la suspensión temporal.


Un Gobierno rico en escándalos sexuales y financieros

M. M.

Los llamamientos al presidente Katzav para que presente su dimisión cuanto antes se multiplicaron durante la jornada, tanto dentro como fuera de la esfera política israelí. Ya por la mañana en los periódicos israelíes se podían leer titulares como: «Vete a casa», «Dimite» o el presidente Katzav, «un príncipe que acaba convertido en un sapo».

«Nuestro deber es decirle que ya no es nuestro presidente y que su retrato ya no puede ser colgado en las escuelas», sentenció Yosi Beilin, líder del partido de izquierdas Meretz, en la oposición, que tomó la iniciativa de recoger firmas para iniciar el proceso de destitución Katzav.

La ministra de Exteriores, Tzipi Livni, que ejerce provisionalmente como ministra de Justicia, porque el titular, Haim Ramón, ha abandonado temporalmente sus funciones tras ser acusado de acoso sexual a una joven, también requirió la dimisión del presidente.

Pero el procesamiento del presidente del Estado de Israel es tan sólo el último caso de una larga serie de escándalos que salpican a la élite política y militar de este país.

En el banquillo de los acusados se encuentra ya el ex ministro de Justicia Haim Ramón pero la semana pasada la Fiscalía también anunció que el primer ministro, Ehud Olmert, será investigado por supuestas irregularidades en la privatización, en el año 2005, de uno de los tres grandes bancos de Israel.

También bajo investigación está el actual ministro de Finanzas, Abraham Hirshzon, quien supuestamente no informó hace unos años a la policía del caso de un subordinado que se apropió de más de un millón de dólares de los fondos de una fundación pública.

Los escándalos desde que Olmert llegó al poder están también a la orden del día en el Ejército y esta misma semana el teniente general Dan Halutz, presentó la dimisión al asumir su responsabilidad en el fracaso en la guerra, librada contra la milicia libanesa Hizbulá, que había secuestrado a dos soldados israelíes, quienes no han podido ser liberados.

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