Jueves, 25 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6248.
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El chantaje se ha vuelto respetable (Robert G. Menzies)
 OPINION
Editorial
LIDERAR ES INTEGRAR

Que Mariano Rajoy respalde genéricamente al presidente de la Comunidad Valenciana y del PP regional Francisco Camps en su deseo de controlar la representación de su partido en la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) es una cosa. Pero que entre al trapo en el foro de un diario que trata de paliar su espectacular declive en el quiosco con un alarde de influencia en forma de campaña de acoso y derribo contra el portavoz popular Eduardo Zaplana, es otra muy distinta.

Muy diversos medios de comunicación interpretaron ayer las nada matizadas palabras de Rajoy como una desautorización explícita contra su hombre de confianza en el grupo parlamentario, cuyos partidarios en la Comunidad y más concretamente en la provincia de Alicante tratan de no ser aniquilados por el sector de Camps.

Sin entrar en los detalles de la larga saga de tensiones y desencuentros que no han hecho sino perjudicar al PP valenciano desde que Zaplana entregara el relevo a Camps, es obvio que tratar de saldar un pulso fratricida como el de la CAM con un desenlace en el que haya vencedores y vencidos es un acto suicida a cuatro meses de una trascendental cita electoral.

Mientras los mayoritarios en Valencia y Castellón se empeñan en negarles el pan y la sal a los mayoritarios en Alicante -y estos incurren en el despropósito de coquetear con el PSOE en pos de un pacto alternativo-, en el palacio de La Moncloa se relamen con la primera encuesta que pronostica un vuelco electoral que sería tan desastroso para la Comunidad Valenciana como para el PP en su conjunto.

Como bien apuntaba ayer Federico Jiménez Losantos en la Cope, la unidad del PP es su mayor activo político. Liderar es integrar, y lo que le corresponde hacer ante una situación así a Rajoy -o, en su nombre, a Acebes- es buscar, negociar e incluso imponer un acuerdo que ambas partes puedan asumir con dignidad. Lo contrario sería segarle la hierba bajo los pies a una de las figuras más queridas y valoradas por las bases del partido y amputarse una de las más pujantes organizaciones provinciales del PP.

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