El chantaje se ha vuelto respetable (Robert G. Menzies)
OPINION
Impresiones
Interior y Defensa reaccionan tarde y mal
La reacción de los ministerios competentes -Interior y Defensa- a la manifestación de miles guardias civiles que el pasado sábado protestaron en Madrid con uniforme y tricornio ha dejado al descubierto un caos más que notable en el Gobierno. El ministro de Defensa manifestó hace tres días que no le constaba que los agentes concentrados cometieran «algún tipo de ilegalidad». Estas sorprendentes declaraciones de José Antonio Alonso desataron las alarmas en el Ministerio del Interior, lo cual dio lugar a una conversación telefónica entre ambos ministros. Alonso aclaró a Rubalcaba que no quiso decir lo que dijo porque él sabe perfectamente que los guardias civiles no se pueden manifestar. En la citada conversación, los dos ministros informaron que habían llegado a la conclusión de que el director general de la Guardia Civil era el cargo competente para exigir las correspondientes responsabilidades a los manifestantes. Así, cuatro días después de la protesta, Joan Mesquida encargó ayer un informe jurídico para aplicar posibles sanciones a los guardias concentrados. Hay pocas dudas de que la actuación de los guardias -tanto por manifestarse de uniforme como por proferir gritos contra el presidente del Gobierno- fue contraria al reglamento militar del cuerpo. Aunque cabe anotar la dificultad que supone identificar a los 3.000 asistentes para proceder a aplicar las sanciones.