Sr. Director:

Quiero expresar en esta pequeña tribuna lo que muchos no quieren o no se atreven a decir abiertamente. Me parece injusto e insultante que nuestros jueces se estén planteando enviar a casa a uno de los etarras que más crímenes ha cometido en la Historia de España: disparos a bocajarro por la espalda, coches bomba... terror, mucho terror. Un asesino al que no le ha temblado el pulso cuando ha tenido que empuñar una pistola, apretar el gatillo y matar a sangre fría a gente indefensa, y al que han condenado a más de 5.000 años de prisión y, si lo excarcelan, solamente habría cumplido algo más de 17. Me pregunto... ¿entra todo esto en el plan de negociación con ETA de Zapatero?

Veo atónito cómo la gente se pregunta ¿que será de él?, si se va o no a morir, si le pueden quedar secuelas... y yo me pregunto ¿y a las familias de los asesinados? ¿Y a los cientos de huérfanos? ¿No se les ha acabado la vida a ellos también? No quiero ni hablar de las secuelas...

Huelgas, no huelgas, me da igual, todos los etarras deben cumplir sus penas íntegramente, ésa es la única fórmula, y si son 5.000 años, adaptemos la ley para que cumplan.

Quiero pedirle a los que están a punto de tomar la decisión que piensen en las familias de los asesinados y que se nieguen a que De Juana abandone la prisión.

Enrique Pascual González-Babé. Madrid.

Casa Lucio, Carmen Rigalt y Javier Bardem

Sr. Director:

Si de algo se siente orgulloso Lucio es de haber conseguido que su casa sea un punto de encuentro que tiene a gala, por encima de otras muchas valoraciones, el ser democrático por excelencia, tanto a nivel social como político. Ésta ha sido y es una casa de comidas amistosa, que está por encima de las ideologías o apegos políticos de cada uno. Eso se queda en la puerta y en lo más profundo del corazón de cada cual.

Los clientes y amigos que han pasado y pasan por aquí saben que la casa de Lucio es la casa de todos. Desde 1974 han convivido y han pasado ratos inolvidables los blancos, los rojiblancos, las derechas y las izquierdas, los progresistas y los conservadores, los de José Tomás y los de Manzanares, los empíricos y los teóricos. Y también excelentes periodistas como nuestra querida amiga Carmen Rigalt, cuya trayectoria en el mundo del periodismo siempre ha gozado de solvencia, por lo que pensamos que, en su comentario del domingo sobre Javier Bardem, ha sido injustamente intoxicada sobre un incidente que nunca ha ocurrido.

Bardem, ha tenido y tiene una estupenda relación con Lucio, mi padre, y con Casa Lucio. Tanto él como su familia se merecen todo nuestro respeto, tanto por su actitud personal con nosotros como por su más que reconocida y exitosa trayectoria profesional.

María C. Blázquez. Madrid.

A propósito de un artículo de Ali Lmrabet

Sr. Director:

El artículo 'Nuestro' Sáhara y el de 'los otros' que Ali Lmrabet publicó en su diario el 13 de enero consideraba que el que yo escribí en El País el 17 de diciembre se inserta en lo que considera una «tesis de moda en Marruecos». Tesis que pretende desacreditar al Frente Polisario y hacer creer que la población de nuestra antigua colonia es poco propensa a aventuras independentistas y promarroquíes.

Nadie mejor que Alí Lmrabet -y así parece reconocerlo en su artículo- conoce mi contribución tanto en el semanario Le Journal, del que por entonces él era redactor-jefe, como en el que dirigió él mismo, Demain Magazine, o en otros como Assahifa, para romper el tabú que sobre el tema del Sáhara existía en su país.

Mis tesis allí expresadas defendían la solución preconizada por Abraham Serfaty desde 1994 y en su carta a Bouteflika de enero de 2000: un Sáhara democrático «ligado a Marruecos por una solución negociada bajo la égida del derecho internacional» y la necesidad de «un referéndum que podría ser el del apoyo de un estatuto negociado por las dos partes, sin riesgo de ganar o perderlo todo». Algo muy parecido a lo que sigo defendiendo en mi artículo, nada «de moda» en nuestro país vecino.

Lejos de mi actitud pretender desacreditar al Frente Polisario. Por considerarlo interlocutor imprescindible fui a testimoniar a Rabat en abril de 2006 a favor de Le Journal Hebdomadaire en el juicio que le acabaría costando la descomunal multa que ha terminado por hacer dimitir a su director, Aboubaker Jamaï. Otra cosa es sostener que en la actualidad sigan existiendo «únicos y legítimos representantes» de pueblos, religiones, sindicatos o clases sociales.

El propio Lmrabet parece darme la razón al reconocer que «no todos los saharauis consideran al FP como su legítimo apoderado». Lo difícil es explicitar quiénes son «esos otros representantes legítimos de los saharauis y dónde reside justamente su representatividad», porque la falta de libertad en los territorios que ocupa Marruecos no ha permitido por ahora que se concreten. Comparto con Lmrabet que no exista una «mítica masa saharaui promarroquí», porque pienso que Marruecos nunca ganó el corazón de los saharauis y que difícilmente podrá encontrar apoyos internacionales si no ofrece un proyecto creíble que pase por la democratización real del país. Pero eso no se impone, sino que exige un método que hoy resulta paradójicamente conflictivo en la España que vivimos: el diálogo. Diálogo entre el Polisario y Marruecos y diálogo también entre saharauis. Por eso hablé en mi artículo de saharauizar la solución. Al fin y al cabo los que deben tener la palabra son ellos.

Bernabé López García. Catedrático de Historia del Islam contemporáneo de la Universidad Autónoma de Madrid.