Hombre de sueños y de mar, el empresario valenciano Vicente Boluda Crespo ha visto cómo la compañía que fundó su padre en 1920, con un pequeño vapor en el Puerto de Valencia comprado con el dinero de la herencia, se ha convertido en la mayor flota controlada por un solo grupo empresarial de Europa, la segunda compañía de remolcadores del mundo y la tercera europea en salvamento marítimo. La saga de los Boluda, apellido ligado al entorno portuario valenciano, ha reunido motivos para recibir el apelativo de los Onassis españoles.
Vicente Boluda Crespo nació en Valencia en 1929. A diferencia de su padre, que entró siendo un chaval como estibador del Puerto, él sí recibió una formación académica. Estudió en el Colegio de los Hermanos Maristas y logró el título de perito mercantil. Con ese bagaje se incorporó a la empresa del patriarca de la saga, cuyas primeras operaciones consistían en transportar en gabarras la mercancía, la mayor parte naranjas, desde tierra hasta los barcos fondeados en el Puerto.
Cuando Boluda Crespo desembarcó de lleno en la gestión de la compañía familiar, el tráfico portuario se encontraba en una fuerte fase de expansión planetaria. Tras la Segunda Guerra Mundial, el comercio gana dinamismo y los buques tienen cada vez más capacidad para transportar carga, lo que introduce las primeras estrategias de concentración. Boluda Crespo combinó conocimiento del negocio con una mayor base teórica. Su gran aportación fue la de impulsar la primera gran expansión territorial y de negocio del grupo.
La compra de las refinerías de Escombreras (Tarragona) y de Castellón permitieron que la compañía diera un salto cualitativo, base de su crecimiento por toda la península. En 1975, Boluda Crespo asumió el mando del grupo. Ese año se constituyó la empresa Remolcadores del Mediterráneo. Poco después, a principios de los 80, la compañía valenciana controlaba dos de cada tres remolcadores que existían en los puertos españoles.
En 1976, su padre, Vicente Boluda Marí, fundó la Asociación Nacional de Remolcadores de España (Anare), de la que ha sido vicepresidente Boluda Crespo hasta su muerte, y que preside en la actualidad su hijo, Vicente Boluda Fos. Éste tuvo que asumir en 1982 el control de todo el grupo durante un año, debido a una enfermedad de su padre.
A principios de los 90, y tras el éxito en su incursión en el negocio del salvamento marítimo, el Grupo Boluda compró por tres pesetas una empresa con seis grandes remolcadores, Fueracosta Ibérica, cuya deuda ascendía a 36 millones de euros. En 15 días estaba a pleno rendimiento. Esa operación condujo a otras similares, como la de la británica Miller, con la que dio el salto a Venezuela y América Central, o las de Ciresa, Petrolífera Ducar y, sobre todo, Naviera Pinillos, con la que los Boluda entraron en el negocio de los contenedores. El impulso de Boluda Fos siguió por Panamá, el Norte de Africa, el Pacífico Norte y las Bahamas. Otro hito decisivo fue la adquisición del Grupo Unión Naval, con el que se ha erigido en una referencia europea en la construcción y reparación de buques.
Boluda Crespo ha sido, además, alguien muy querido en la sociedad valenciana, unido por fuertes vínculos a familias como los Lladró o los Sáez Merino y quiso participar en el mundo fallero.
Vicente Boluda Crespo, empresario, nació en 1929 en Valencia, ciudad donde falleció el 20 de enero de 2006.