Dice Hédi Kaddour que la Guerra del Riff fue Guernica antes de Guernica. Corría 1925 cuando Franco y Petain ordenaron gasear las poblaciones del norte de Marruecos para acabar con la resistencia tribal. En realidad, repetían una estrategia que los ingleses ya habían utilizado en Irak. «Cuántas pistas nos dejaron de lo que ocurriría luego en Europa», suspira el poeta.
Sí, poeta; antes de escribir Waltenberg, Kaddour (Túnez, 1945) se consideraba a sí mismo eso, «un poeta acomodado al amparo de la editorial Gallimard». Un día de 1998 decidió empezar una novela de aventuras: «Quería saber qué pasa al mezclar La montaña mágica y Los tres mosqueteros». La primera intención del autor le llevó a adentrarse en una Guerra Fría distinta a la de Le Carré.
Poco a poco, Kaddour fue dándose cuenta de que el Muro de Berlín se erguía en los cimientos de la I Guerra Mundial y que, sin ella, se extraviaban las pistas que resuelven el misterio de la Historia. Así, mediante la búsqueda de precedentes, ha acabado escribiendo un libro nuevo sobre el pasado siglo.
Publicada en España por Edhasa, Waltenberg hace un recorrido desde 1914 hasta 1991 a través de tres personajes: el escritor alemán Hans Kappler, su amante -más idílica que carnal-, la cantante americana Lena Hotspur, y el periodista francés Max Goffard. Tienen una percepción muy distinta de los hechos que están viviendo, pero Kaddour ha evitado el uso de las introspecciones para perfilar sus actos en detalle: «A menudo el mundo adopta formas que suscitan el interés de la lectura», explicaba el miércoles durante la presentación del libro. Esas formas, de por sí poéticas, son las que le interesan.
De este modo, y sin siquiera rozar el realismo mágico, Waltenberg conjuga el miedo físico, el amor femenino y la muerte, entre otros elementos. De hecho, el autor admite haber utilizado la estética «como contrapeso a la parte más folletinesca de la Historia», que asume. Y resuelve: «Igual que los poemas, las novelas son una composición».
Por eso, y pese a la paradoja que supone haber escrito un libro de casi 900 páginas, Kaddour le da mucha importancia a los silencios.
Personajes históricos
Como golpe de efecto, el autor introduce personajes reales en la trama. Y fue precisamente al pretender explicar cómo murió uno de ellos cuando se dio cuenta de que la versión oficial era leyenda. «Pensé que si yo sabía que al escritor Alain-Fournier lo habían matado de un tiro en la frente, todo el mundo sabría ya eso», explica. «Al leer más del tema, descubrí que su desaparición era bastante más compleja».
Las diferentes versiones de la muerte de Alain-Fournier aparecen en el libro como lo hacen asimismo otros episodios de la Historia que ya nadie cuestiona. Esto es lo que convierte Waltenberg en un libro antagónico a la novela histórica. Si éstas proponen una revisión descabellada a partir de una ficción, la novela de Kaddour, en cambio, pone la cruda historia sobre la mesa. «La novela debe luchar contra la amnesia», sentenció ayer el autor, «si la literatura no recuerda, pronto nadie se acordará de la literatura».
Sin una intención premeditadamente moralista, la primera novela de Kaddour ha resultado ser tan comprometida como ambiciosa. Esto le ha valido el Premio Goncourt 2006 a la Primera Novela y la ilusión de los críticos franceses, quienes celebran la resurrección de un tipo de escritura que daban por perdido. Waltenberg ha vendido en Francia más de 40.000 ejemplares.
Kaddour ha dedicado siete años a escribir la novela que se propuso. En el siglo de la información, el simple hecho de hallarla comporta una aventura. La intriga ha durado 100 años. El pasado ha dejado 1.000 pistas. Y Waltenberg resuelve el misterio con una poética del mundo.
Otro novel, Jonathan Littell, ha despertado el entusiasmo con Les Bienveillantes. que se publicará en España el próximo año. Littell intenta averiguar el porqué de una de sus mayores atrocidades: el exterminio nazi. Para ello, se enfunda en la piel de un miembro de la SS.