«Los policías nacionales quisieron entrar a saco, sin dar ningún tipo de explicaciones, y un vigilante les negó el acceso», comentó a este diario un voluntario de Cruz Roja, institución que gestiona dicho centro. «Entonces fue cuando uno de los acogidos, muy asustado, se fue contra el suelo desde el último piso», continuó explicando.

Al parecer, el rifirrafe entre los agentes y el vigilante del centro de acogida fue muy violento, y los inmigrantes «sintieron pánico». El guardia jurado fue detenido por los agentes en el momento.

La Delegación del Gobierno en las islas se limitó ayer a señalar que la actuación se ajustaba «a la legalidad». Sin embargo, fuentes de la ONG aseguran que es la primera vez que ocurre un incidente de este tipo, y que a la espera de una aclaración por parte de la institución que representa al Estado en las islas, sólo pueden decir que «en una propiedad privada no entra ningún policía sin una orden judicial, porque es ilegal».

Según parece, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía acudieron al centro para comprobar su situación; actuación que, sin embargo, no es usual en este cuerpo.

El inmigrante herido de gravedad se encuentra hospitalizado en el Hospital Insular de Gran Canaria. Hasta el centro de acogida tuvo que desplazarse una ambulancia, que fue avisada por el Centro Coordinador de Emergencias.

En el centro de Miller Bajo de Las Palmas están acogidas 80 personas, la mayoría procedentes de países subsaharianos. Estos inmigrantes fueron derivados a estas dependencias después de cumplir los pertinentes 40 días de internamiento en un centro de retención y, ante la imposibilidad de ser repatriados, son acogidos a la esperada de contar con medios suficientes para su independencia.