ELENA ALJARILLA. Especial para EL MUNDO
BRUSELAS.-
El comisario de Justicia e Interior, Franco Frattini, ha enviado una carta a los Veintisiete para que cumplan con su compromiso de dotar a la Agencia de Fronteras Exteriores (Frontex), de los medios técnicos y humanos necesarios si quieren frenar la llegada masiva de inmigrantes. Frattini quiere que cada Estado miembro aporte «lo máximo posible» y que lo haga antes del próximo Consejo del mes de febrero.
La misiva dirigida a los ministros de Interior de la UE hace un repaso por las últimas obligaciones adquiridas por los Veintisiete en el Consejo informal de Dresde la semana pasada en el que todos «confirmaron su determinación de mejorar la protección de las fronteras exteriores de la UE». También hace referencia a las conclusiones de los líderes europeos la cumbre de diciembre en la que los gobiernos se comprometieron a «hacer contribuciones activas» a Frontex, «utilizando medios y recursos nacionales».
Según Frattini, el suave invierno que estamos teniendo favorece las condiciones de navegación de las embarcaciones pequeñas procedentes de Africa. En su opinión, se producirán «más llegadas a las fronteras marítimas exteriores mucho antes de lo esperado», sobre todo a las costas Canarias. Además, advierte de que las bandas organizadas abrirán nuevas rutas de entrada a la UE como alternativa a las que están siendo controladas.
Ante este escenario, Frattini exige a los Veintisiete que cada Estado miembro aporte lo que pueda con urgencia y Frontex lo gestione cuándo y cómo sea necesario: «Les hago un llamamiento para garantizar que se pone a su disposición el máximo equipo técnico posible».
La primera operación del Frontex, que comenzó en agosto de 2006, se saldó con un rotundo fracaso en cuanto a la colaboración de los países europeos. En un principio, Francia, Portugal, Reino Unido, Alemania, Finlandia, Grecia e Italia se ofrecieron a participar, pero finalmente sólo Finlandia envió un helicóptero, Italia, un barco y un avión y Portugal, otra embarcación.
La operación comenzó con cierta dificultad y bastante retraso y recibió duras críticas desde todos los ámbitos, incluido el europeo. De hecho, el ex presidente de la Eurocámara José Borrell aseguró que Frontex «suena muy bien», pero en realidad «no es nada».
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