A estas alturas y pese a convivir teóricamente en el mismo Estado, los dos viceprimeros ministros de Israel, Tzipi Livni y Simon Peres, necesitaron traducción para entender en árabe al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Abú Mazen. Pero, al menos, les gustó lo que oyeron. En vísperas de su viaje a Madrid, Abú Mazen aseguró ante el auditorio del Foro Económico Mundial en Davos que «la paz está cerca», tras sus últimos contactos con el Gobierno israelí.
Ambas partes se mostraron interesadas en avanzar para que haya perspectivas optimistas de paz ante las próximas elecciones anticipadas palestinas. Se trata de ayudar a Abú Mazen a derrotar a Hamas, considerada por Israel y la comunidad internacional como una organización terrorista.
En opinión del presidente palestino, «hace falta una solución creativa, acordada y equitativa» con un Estado independiente que incluya Jerusalén Oriental, Gaza con las fronteras anteriores a 1967 y que dé solución a los refugiados. «La posibilidad de un Estado palestino está ahí, no es una ilusión», apostó ante el mismo auditorio la responsable de Exteriores, Livni. También vio margen para la negociación basada en la creación de dos estados, aunque puso como condición que «el futuro Estado palestino no sea gobernado por una organización terrorista».
Según Livni, es necesario «ofrecer un horizonte político para que los votantes palestinos sepan a quién van a votar». Ofreció así el apoyo israelí a Abú Mazen, el líder de Al Fatah. «Hamas es el pasado, Al Fatah es el futuro», apuntó por su parte Peres.
Los tres intervinientes en el coloquio se aplaudieron mutuamente y evitaron criticar al adversario en contraste con ediciones anteriores de Davos. Abú Mazen subrayó, no obstante, que «la pobreza en Palestina alcanza niveles récord por las restricciones israelíes». Según los datos que facilitó, el 79% de la población de Gaza vive por debajo del umbral de la pobreza. Peres -al que Livni proclamó como futuro presidente de Israel- animó a los empresarios presentes a invertir en lo que será una zona de libre cambio emergente en Oriente Próximo con Jordania, Israel y Palestina como socios. De momento, la renta per cápita de un palestino es de 800 dólares (680 euros) y, del israelí, de 20.000 dólares (17.000 euros).
Livni se guardó de precisar qué fronteras tendría el Estado palestino y dijo «sin querer culpar a nadie» que si Arafat hubiera aceptado los acuerdos de Camp David, hace seis años que sería ya una realidad.
Peres aseguró que en las conversaciones de paz Israel no reclamará más territorios y si fuera así, los compensará cediendo otros. Tanto israelíes como palestinos acudieron a Davos con amplias delegaciones y mantuvieron ya contactos directos.
Más pesimismo despertó entre los asistentes al Foro la situación en Irak. El viceprimer ministro iraquí, Adil Abd al Mahdi, calificó de «idiotez» la ocupación de EEUU, pese a que él mismo fue uno de los contactados por Washington en 2003 al ser considerado un importante líder en el exilio. Al Mahdi lamentó que, actualmente, «en el Gobierno iraquí, cada partido controla su ministerio, falta coordinación» y, sobre la inseguridad, aseguró que se desplazarán más tropas iraquíes hacia Bagdad. «Si conseguimos seguridad en Bagdad, lo haremos en todo el país», afirmó.
Mientras tanto, las petroleras esperan con ansiedad la nueva ley iraquí de hidrocarburos. El secretario de Energía de EEUU, Samuel Bodman, resaltó su importancia. Según el presidente del gigante Exxon, Rex W. Tillerson, si se logra estabilidad en Irak se pueden extraer 5,5 millones de barriles diarios, casi el doble que antes de la invasión. Ahora apenas superan los dos millones. Según Tillerson, «las potencialidades son enormes, porque hay zonas no exploradas por el régimen anterior que pueden contener reservas».