La posibilidad de introducir una tercera hora de castellano en la escuela Primaria se ha convertido en un polvorín que podría estallar en la cara del tripartito y herir de gravedad su supuesta armonía.
El Gobierno central rechazó ayer en la reunión del Consejo de Ministros el requerimiento de inconstitucionalidad que le presentó el Govern contra el Decreto que regula la enseñanza primaria y que obliga a impartir una hora semanal más de clase de castellano en las escuelas catalanas, por lo que se pasaría de dos a tres horas a la semana de este idioma.
El ejecutivo de Montilla presentó el requerimiento convencido de que el Decreto invade las competencias de la Generalitat y va en contra de lo previsto en el nuevo Estatut y avisó de que si su petición no era atendida presentaría un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional (TC).
Ahora ha llegado el momento de cumplir esa amenaza, pero la conselleria de Educació, que dirige el socialista Ernest Maragall, no lo ve tan claro. Este departamento aseguró ayer que la negativa del Consejo de Ministros es confusa y no definitiva, pues «deja a la Generalitat margen suficiente para ejercer plenamente las competencias en educación previstas en el Estatut».
Detrás de estos argumentos se oculta, en realidad, la diferencia de criterio entre los diversos socios del tripartito. El PSC no ve con malos ojos que se incremente el horario de castellano.Esquerra e ICV-EUiA lo consideran una afrenta al catalán y al actual modelo de inmersión lingüística que rige en las escuelas de Cataluña.
Por eso, y por evitar conflictos con el Gobierno del PSOE que, al fin y al cabo, es de su mismo color, los socialistas catalanes son reacios a interponer el recurso de inconstitucionalidad.Es más, el conseller Maragall baraja ahora la posibilidad de introducir la tercera hora de español en algunas escuelas, no en todas, en función de las necesidades específicas del alumnado, según confirmaron ayer fuentes del Govern.
Aunque todavía no se ha concretado cómo se articulará esta idea, podría, por ejemplo, introducirse la tercera hora de castellano en colegios de zonas donde los alumnos tengan menos contacto con este idioma. Una medida que no sería necesaria en las escuelas donde predomina el español entre los estudiantes. Ya en una reciente intervención parlamentaria, Ernest Maragall manifestó que los jóvenes de la Cataluña interior tienen dificultades para expresarse en castellano.
Pero es casi imposible que ERC acepte esta propuesta. Por el momento, el portavoz de esta formación en el Parlament, Joan Ridao, invitó ayer al Govern a interponer el recurso de inconstitucionalidad sin demora, pues, en su opinión, la decisión del Gobierno central «supone un rechazo frontal e inaceptable al planteamiento de la Generalitat y no deja más alternativa».
En el mismo sentido se pronunció la diputada de CiU Irene Rigau, quien dijo sentirse «muy preocupada» por la decisión del Consejo de Ministros.
Lo que el Govern hará, de momento, es llevar el acuerdo tomado ayer por el Gobierno central al Consell Consultiu para que éste decida si se ajusta o no al Estatut. Al mismo tiempo, el Ejecutivo de Montilla empezará a redactar su propio decreto para regular la organización y los horarios de Primaria en Cataluña, al considerar que la ambigüedad de la resolución de ayer le permite hacerlo.Y, si no se produce un conflicto interno en el tripartito, ese decreto podría introducir ya la tercera hora de castellano para las escuelas en que se vea necesario.