La consellera, que ayer visitó Girona, considera que si están mejor pagados no se irán y se resolverá uno de los grandes problemas de la Administración de justicia. No obstante, calificó este cambio en el sistema retributivo de «muy difícil», porque implica cambiar el mapa judicial catalán. A modo de ejemplo, Tura señaló que Girona «no es hoy lo que era hace 30 años en cuanto a cargas de trabajo» y, seguramente, «si consiguiéramos hacer entender esto tendríamos resuelta una parte de la estabilidad».

Por otra parte, ante la petición de dividir en dos sedes el partido judicial de Figueres y hacer otro en Roses, Tura explicó que no cree que la única solución ante mucho trabajo sea la división.A pesar de ello, los juzgados de Figueres harán un estudio para saber cuántas causas proceden de los municipios de la costa y cuántas del interior. La consellera se comprometió a elaborar un estudio estadístico para ver qué parte corresponde al Alt Empordà litoral y cuál no, con vista a analizar si conviene la modificación de la planta judicial.