El mapa del creador es una fábula histórica situada en la Roma de Mussolini y protagonizada por una joven catalana de familia burguesa, que llega a Italia huyendo de la Guerra Civil, y un becario de la Academia de España en Roma. Todo parte del día en que José María y Montse deciden vender un lote de libros de la biblioteca de la academia para conseguir dinero, sin saber que uno de los ejemplares esconde un misterioso secreto que persiguen los nazis y que el Vaticano trata de ocultar. Así que, el thriller de espionaje histórico está servido.

«En 2003 pasé unos meses en la Real Academia de España en Roma, como becario del departamento de literatura. Entonces se me ocurrió escribir una novela sobre la Academia. Durante los primeros meses de la Guerra Civil, había servido de refugio a 15 familias de la burguesía catalana, que huían de la Barcelona republicana.La situación económica de la institución, por entonces, era tan precaria que sus inquilinos se vieron obligados a vender buena parte de los muebles y objetos del lugar, incluida la biblioteca.Ahí da comienzo la novela», explica Emilio Calderón.

El malagueño era conocido hasta ahora por sus ensayos históricos, novelas juveniles y cuentos para niños. Ahora está a la espera de la llegada a las librerías de su segunda apuesta para adultos: El Secreto de la Porcelana. El libro cuenta «la pugna que se libró en Europa por descubrir el secreto de la porcelana durante los primeros años del siglo XVIII. Hasta 1709 sólo los chinos conocían la fórmula. Ese año los europeos dieron con ella y la decretaron secreto de estado», cuenta el autor. La novela podría consagrar a su autor este mismo octubre.

La fascinación por la novela histórica, en su caso, le viene de lejos. Emilio es licenciado en Historia Moderna y cree que el éxito estos días de la novela histórica en nuestro país se debe «a la necesidad de entender el presente». «El mundo actual es convulso, pero lo es aún más si uno desconoce su pasado. La falta de valores de nuestra sociedad es determinante en el auge de la novela histórica», dice Calderón. Dulcineas arriba o abajo, el caso es que la fiebre por el pasado sigue su camino literario y, a juzgar por las ventas de El mapa del creador, no tiene fronteras.