Mal están las cosas en el Camp Nou cuando su principal estrella, la sonrisa del equipo, entona el mea culpa. Ronaldinho atendió ayer a los medios de comunicación -cosa que no ocurría desde la víspera del trascendental partido frente al Werder Bremen en el Camp Nou- y varios detalles anunciaban que se trataba de una comparecencia minuciosamente estudiada.
Ronaldinho estuvo acompañado en la sala de prensa por Carles Puyol, capitán del Barcelona, cosa inusual y habitualmente reservada a las ocasiones especiales. En segundo lugar, el brasileño no lució su habitual arsenal de complementos de moda ni su tradicional look rapero. El delantero apareció con el chándal del club, tal vez para congraciarse con los que le acusan de ir por libre después de su retraso navideño.
Todo ello perfectamente dispuesto para admitir, sin grandes aspavientos ni explicaciones, que atraviesa un mal momento de juego. «Las cosas no me están saliendo bien», comenzó. «Físicamente estamos bien, pero tenemos que sacar lo mejor de nosotros y cambiar lo que no hacemos bien», explicó, sin concretar cuáles son las lagunas del equipo.
Ronaldinho se apresuró también a negar que la frustración o la tristeza se hayan apoderado de su carácter, y la pregunta estrella estaba ahí. ¿Qué le pasó por la cabeza cuando oyó los silbidos que la gente le dedicó el pasado domingo en el Camp Nou ante el Nàstic? El crack dribló con rapidez. «¿Me pitaron?», contestó.Acto seguido dio muestra de venir bien enseñado: «Es normal que me piten. Cuando no juegas bien, es así. Y cuando juegas bien, te aplauden». «Los silbidos duelen a todo el equipo», prosiguió, antes de asegurar que la situación no le viene de nuevo. «He vivido muchos momentos así, en todos los equipos en que he estado, también en la selección. El fútbol es así: Si estás tres partidos sin jugar bien, te cuestionan», sentenció.
Ronaldinho no pudo evitar hacer un guiño optimista al mal momento que atraviesa: «Hay días en que el dribbling no sale, o la finalización no sale, o el pase no sale. No hay respuestas para explicar por qué, pero yo sigo con confianza y espero demostrarlo este domingo».Hasta casi pareció que se ha tomado los pitos como un elogio.«Si la gente espera algo de mí es porque sabe que puedo rendir más, y eso me motiva», añadió.
Hecha la autocrítica, Ronaldinho evitó dramatizar y recitó el discurso que se les ha venido oyendo a sus compañeros. «No nos falta confianza. Estamos en el buen camino y hay que seguir igual», afirmó. El astro carioca quiso también cerrar el debate sobre un supuesto cambio táctico para sorprender a los rivales. «Llevamos cuatro años jugando así, es nuestro estilo y nos favorece porque sabemos dónde está el compañero. Jugamos de memoria».
A Ronaldinho se le preguntó también sobre la enésima renovación de su contrato, que esta misma semana el vicepresidente económico del club, Ferran Soriano, ha situado fuera de las prioridades inmediatas de la entidad. «Estoy más que tranquilo. Me queda mucho tiempo de contrato y las cosas llegarán naturalmente. Quiero demostrar que puedo jugar mucho tiempo en el Camp Nou». El crack hizo autocrítica. El crack dijo estar motivado. Y el crack juega mañana. Nadie en Vigo dormirá tranquilo esta noche.