ALBERT MARTIN
BARCELONA.-
Podría ser sólo una prueba, pero Frank Rijkaard dejó entrever durante el partidillo de ayer que Andrés Iniesta podría desplazar de la posición de extremo derecho a Giuly frente al Celta. Ésa fue la principal novedad de un entrenamiento en que se pudo ver, como viene ocurriendo desde hace una semana, una gran intensidad en los futbolistas.
El técnico ensayó con el canterano en la banda derecha del ataque, una ubicación en la que ha terminado algunos de los últimos partidos por las bajas de Eto'o y Messi y ante el escaso rendimiento que ha ofrecido Ezquerro en esa demarcación.
De hecho, antes del fichaje de Giuly, Iniesta jugó habitualmente como extremo derecho ante la escasez de recursos ofensivos con que contó Rijkaard en su primer año en el club azulgrana. El delantero corso no atraviesa un buen momento de forma y la fórmula Iniesta permite a Rijkaard no renunciar a ninguno de sus tres centrocampistas de toque -el propio Iniesta, Deco y Xavi-.
La otra duda que queda en el equipo barcelonista es la composición de la zaga tras la lesión que sufrió ayer Sylvinho en el sóleo -una rotura que le mantendrá un mes alejado del equipo-, los problemas que arrastra Thuram en el gemelo de su pierna izquierda y el partido de sanción que se ganó Márquez contra el Betis tras ver su quinta cartulina amarilla de la temporada. Por lo que dejó intuir ayer Rijkaard, Oleguer ocuparía el lateral derecho pese a que Belletti ya se entrenó con plena normalidad tras superar unas molestias en una rodilla, Zambrotta -también recuperado- jugará por el carril zurdo como ya hizo contra el Nàstic y Edmilson ocuparía el puesto de central por primera vez esta temporada.El italo-brasileño Thiago Motta, por tanto, seguiría en el centro del campo.
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