¿Quién es, realmente, Rafael di Zeo? En el programa de reportajes Blog, de la televisión argentina, el conspicuo jefe de la barra brava de Boca Juniors se muestra con total desparpajo hablando por teléfono móvil y utilizando una frase que en Argentina quedó como una de las sentencias del pasado año: «Tener el poder es tener el teléfono de los que tienen poder».
El Rafa, que también tiene un hermano en el grupo La Doce, es parte de una cofradía de violentos con reconocimiento público, como El Oso o El Gitano Santiago Lancry, trabajador municipal de Buenos Aires y veterano barra brava ligado al partido Unión Cívica Radical desde principios de los años 80, cuando la democracia retornó a Argentina. Lancry trabajaba activamente con el diputado nacional Carlos Bello, ya fallecido, a quien se conocía como El diputado Boca Juniors, ya que sólo parecía interesado en temas deportivos y cercanos al club de fútbol de sus amores.
El fiscal Mariano Bergés, uno de los que más ha investigado el tema de los grupos ultras en Argentina, sostiene, según informa la agencia Lavaca.org: «Di Zeo tiene dos caras. Por un lado, es un tranquilo empleado municipal que hace años está de novio. Por otro, es jefe de la barra brava de Boca, maneja millones de dólares, tiene decenas de propiedades y vehículos y varias amantes». Así lo describía una crónica periodística que intentaba resumir lo que la policía descubrió el día que entró en su apartamento del barrio de Flores, del que el líder ultra se escapó por el balcón, atando varias sábanas, según la versión oficial, o con la complicidad de la propia policía, según otras fuentes.
Lo cierto es que Di Zeo tenía en su casa una credencial de la municipalidad porteña, un revólver de calibre 38, una pistola del 22, municiones de todo tipo, 100.000 pesos en efectivo (entre dólares, pesos y bonos usados en los años de crisis, en el 2001, algunos de ellos falsos) y, en un aparcamiento cercano a su domicilio, un Mitsubishi Eclipse (con una pistola Bersa en la guantera) y un Peugeot 206.
En ese piso también encontraron una foto de Di Zeo con el ex presidente Carlos Menem, recuerdo del encuentro en Anillaco, poco antes de la frustrada segunda vuelta electoral de 2003.
En Argentina también se afirma que Rafael di Zeo participó en el asalto de la fábrica Brukman de Buenos Aires. En este caso, un barra brava arrepentido relató cómo el ministro de Interior de Duhalde, Jorge Matzkin, pagó 20.000 pesos (5.500 euros) para que se infiltrara en los piquetes de huelga al día siguiente al desalojo de los trabajadores. Casualmente, el encargado de la custodia del edificio no era otro que su compañero de trifulcas Lancry, procesado por asociación ilícita en dos ocasiones y vinculado al influyente dirigente político (también ligado a Boca Juniors) Enrique Nosiglia.
El fiscal Marino Bergés, en uno de sus fallos, se refiere a la complicidad entre Rafael di Zeo, Mauricio Macri, el presidente de Boca Juniors y miembros de la comisaría 24 de Buenos Aires, que se encuentra en el popular barrio de La Boca. El Rafa es un cabecilla muy bien relacionado.