El sindicato que dirige José María Fidalgo explicó en un comunicado que la economía española sigue basando su crecimiento en el sector de la construcción, en los servicios más intensivos en mano de obra y en el empleo de trabajadores inmigrantes. En este sentido, la organización apuntó que «el reto ya no es tanto la reducción del paro con carácter general, sino cómo sostener estos nuevos empleos, poco cualificados e inseguros, si cae la actividad en la construcción y el consumo interno».

Por su parte, UGT afirmó que la temporalidad y las peores condiciones de seguridad afectan particularmente a «los motores del crecimiento del empleo», en referencia al sector de la construcción y a determinados servicios. En un comunicado, el sindicato advirtió además de que estos «motores» están siendo «insuficientes» para mejorar la productividad, lo que, a su juicio, «podría tener efectos negativos a medio y largo plazo para la producción y el empleo de España». Asimismo, y tras indicar que el objetivo de seguir creando más empleo «se ha cumplido» en 2006, el sindicato consideró que el mercado laboral sigue estando «claramente segmentado». La organización de Cándido Méndez puso de manifiesto que las condiciones de la mujer en el mercado de trabajo «se encuentran lejos de la realidad europea».

Por su parte, la CEOE insistió en que la creación de empleo se desaceleró a lo largo de 2006, aunque «se mantiene a ritmos elevados, acordes con el vigor de la actividad económica», precisó. En un comunicado, la patronal de los empresarios subrayó que seis de cada 10 nuevos empleos fueron ocupados por mujeres el año pasado, la misma proporción registrada en el capítulo de nuevos empleos ocupados por extranjeros. La organización aseguró que «la reforma laboral está dando sus frutos en forma de una elevada contratación indefinida» que, a su juicio, ha permitido el descenso de la tasa de temporalidad.