ADRIAN SACK. Especial para EL MUNDO
LONDRES.-
La permanencia de Airbus en el Reino Unido podría tener los días contados en caso de que la escalada de amenazas cruzadas entre la compañía y el Gobierno británico continúe, como se prevé, en las próximas horas.
De acuerdo con los periódicos The Guardian y Financial Times, Downing Street condenó la presunta decisión del consorcio aerospacial europeo EADS de abortar inversiones de cerca de 150 millones de euros esterlinas en su planta de Filton, Gales, donde inicialmente se planeaban construir las alas de la aeronave A350 de Airbus.
Según las fuentes citadas por ambos rotativos, el abandono de este plan, que implicaría la pérdida de cerca de 12.000 empleos, indignó a las autoridades británicas. Hasta tal punto, que el secretario de Estado de Defensa, Paul Drayson, reconoció «estudiar» la posiblidad de llevar a cabo «represalias comerciales» contra EADS.
La prensa británica señaló que estas medidas gubernamentales de «venganza» contra los eventuales recortes de inversión se basarían en la suspensión de contratos oficiales con EADS para la fabricación de armamento. El coste de la medida alcanzaría los 24.300 millones de euros.
La noticia fue difundida ayer poco después de cobrar fuerza la versión de la posible apertura en Alemania, Francia o incluso España de la subplanta destinada a la fabricación de las alas del avión de pasajeros A350, en detrimento del proyecto original que consideraba a Gales como opción.
EADS también ha recibido presión por parte de los sindicatos locales, que han intentado convencer a los directivos de la empresa de tomar otras medidas alternativas al corte de inversiones para paliar la crisis financiera derivada de las serias demoras que Airbus padeció en los últimos años con las demoras en la finalización de su proyecto del superavión A380.
A pesar de que en la tarde del jueves nadie en el ministerio de Defensa realizó declaraciones sobre este espinoso tema, desde EADS, un portavoz aseguró que hay conversaciones «continuadas, constructivas y cercanas» con el Gobierno, tendientes a hallar una pronta solución al conflicto.
Esta diferencia de actitud podría explicarse en el hecho de que, en términos financieros, la parte en disputa que mayores riesgos asume es la compañía aerospacial, ya que en estos días espera la aprobación de un pedido de 20.000 millones de euros para la fabricación de aviones de repostaje para la Royal Air Force. «Nuestra empresa quiere hacerse con más contratos de defensa en el Reino Unido, al tiempo que estudia acabar con su excesiva dependencia en el altamente cíclico Mercado de la aviación comercial», afirmó un portavoz de esa compañía, donde admitieron que les fueron encargados, por parte del Gobierno británico, 25 aviones de transporte militar A400M que podrían cancelarse en favor de otra empresa competidora en caso de que EADS no reconsidere su su pretension de mudar parcialmente su producción de alas a Europa continental.
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