Félix Bernet, comisario de la muestra Mitos de papel, intenta hacer un recorrido a simple vista por la sala del Espacio Cultural Mira que alberga todos estos objetos de coleccionista. Son «apenas 600» de los más de 5.000 que componen la colección personal del polifacético Enrique del Pozo. El tertuliano lleva más de 30 años recolectando las firmas de las más altas personalidades y ahora ha decidido exponerlas porque «llevan mucho tiempo» pidiéndoselo y ha llegado la hora de compartirlo con la gente.

«Un 30% de los autógrafos son comprados, y un 70% han sido conseguidos por mí», explica Del Pozo, media hora antes de inaugurar oficialmente la muestra. «El primero fue el de Audrey Hepburn. Yo trabajaba en Iberia cuando ella volvía de rodar una película con Sean Connery en España que se llamaba Robin y Marian. Le pasé 200 kilos de exceso de equipaje y me preguntó cómo podía compensarme. Le pedí una firma y me invitó a un café».

Lo que era una afición se convirtió en algo más mientras Del Pozo residía en Londres. Allí la memorabilia es todo un negocio y empezó a mirar a su colección como una inversión de futuro. Sigue así los pasos de otros grandes coleccionistas, «como Vicente Parra, Glenn Close, Debbie Reynolds, Steven Spielberg o George Lucas».

El autógrafo que más le ha costado conseguir es el de Luchino Visconti, que luce en vitrina especial en la sala de exposiciones. Es uno de tantísimos. En otro escaparate se muestra el guión original de El Cid con el que Sofía Loren memorizó el texto de la película. Contiene anotaciones de la diva italiana. «Para mí es especial esta vitrina de Imperio Argentina. Está el último beso que dio ella en una servilleta de papel, unos zapatos suyos firmados, su pintalabios, abanicos, programas...». La foto de Lawrence Olivier y Vivien Leigh fue rescatada por Del Pozo en la macrosubasta que Durán realizó con todos los bienes personales del coreógrafo.

«Tengo contactos y me suelen dar citas con los artistas, pero a veces también espero a la salida de los teatros, como todo el mundo», explica con desparpajo. Las estrellas más generosas que conoce son «Tom Cruise, Woody Allen, Ursula Andress y Sofía Loren». «Nada que ver, por ejemplo, con John Malkovich», del que no guarda buen recuerdo.

Entre las firmas que le faltan, premeditadamente, la de Marilyn Monroe. «No pagaría por un autógrafo suyo». Son muchas más las que sí están. Parece el paseo de las estrellas: Helen Mirren saluda un autógrafo firmado a dúo por Tony Curtis y Jack Lemmon, cerca también del de Chaplin. Los ojazos de Paul Newman observan la escena. Hay cheques con el membrete de Lana Turner y Ava Gardner. De Marlene Dietrich se exponen varios autógrafos. Joan Crawford, Bette Davies, Katharine Hepburn, Kim Novak... el cine de ayer y de hoy se da la mano en las paredes de la sala.

Pero no sólo de cine se ha nutrido su colección. Baryshnikov, Maya Plisetskaya y Nureyev representan a la danza. A las artes plásticas Miquel Barceló, Andy Warhol, David Hockney, Peggy Guggenheim, Marc Chagall y otro largo etcétera. A la literatura con mayúsculas Ian Gibson, Paul Auster, Arthur Miller, Harold Pinter, Antonio Gala, Camilo José Cela, Fernando Arrabal o Susan Sontag.

«No soy racista a la hora de coleccionar». Lo mismo muestra abanicos firmados por la duquesa de Alba, Rocío Jurado y Ute Lemper, que mira de frente a las monarquías con Hussein de Jordania, Rainiero de Mónaco y Grace Kelly.

Una muestra, en fin, para ver y dejarse ver. Interminable.

Mitos de papel.

Espacio Cultural Mira (Camino de las Huertas, 42). Hasta el 10 de marzo.