BEATRIZ PULIDO
Hace mucho tiempo que el arte dejó atrás el camino fácil de la definición y el concepto y se introdujo de lleno en el tortuoso reino de la libertad formal. La infundamentación de lo artístico, el hecho de que no se pueda definir lo que es el arte, no puede, ni debe interpretarse como una fatal caída en la arbitrariedad». Esta afirmación de Francisco Calvo Serraller en el prólogo al catálogo de los premios Generación 2007, continúa siendo una constante en la explicación previa de cualquier exposición de arte moderno.
Una muestra como ésta que se expone en La Casa Encendida, sirve no sólo para medir el pulso al arte que practican los nuevos talentos en España; tampoco busca exclusivamente convertirse en un escaparate que recoja las tendencias artísticas. Cada año que pasa, tanto los premiados como los becados del año 2007, plantean con sus trabajos -aún sin pretenderlo de forma directa-, nuevas interrogantes, nuevas reflexiones en torno al concepto de arte moderno y cómo hacerlo llegar a la sociedad.
En esta edición han sido elegidas las obras de 25 jóvenes artistas y becados siete proyectos entre los que se ven reflejados, sobre todo, temas de género y de identidad. Además, y siguiendo una constante del arte actual, en las creaciones predomina el dibujo sobre la pintura.
Dentro de los proyectos premiados destacan el trabajo On the other side de Paul Ekaitz, una fotografía que muestra un escenario semicerrado por un telón: a través del hueco que hay se vislumbra lo que parece ser una representación. En poco espacio se concentran el humo blanco, los micrófonos, un taburete y un cuadro. La imaginación deberá completar el resto de la escena.
Por su originalidad destaca el trabajo de Elena Domínguez Rendeiro, A ras de piel, mención de honor en el concurso. Una instalación sobre una esquina de la sala deja ver un conjunto de medias de mujer estiradas. Recuerda a la piel pero sin huella. La artista pretendía crear un pasaje ambiguo y contradictorio donde se mezclara lo erótico y lo antierótico, los motivos y los contramotivos.
Antón Cabaleiro emplea dibujos digitalizados creando y estirando los personajes para conformar al individuo siguiente y situándole en posturas inverosímiles.
Generación 2007. Hasta el 11 de marzo en La Casa Encendida (Ronda de Valencia, 2). De lunes a domingo, de 10.00 a 22.00 horas.
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