En un mundo donde la deuda externa supone uno de los principales elementos para la dominación de los países del Norte hacia los países del Sur, el movimiento por otra globalización ha zanjado su deuda con el continente africano. Por fin, tras siete años del nacimiento del Foro Social Mundial (FSM), éste se realiza de manera centralizada en una ciudad africana, en Nairobi.
Este hecho ya supone en sí mismo un éxito para el FSM. Del mismo modo que la edición celebrada en Mumbai (India) en el 2004 permitió emerger nuevas perspectivas y demostrar la vitalidad de los movimientos indios y asiáticos, esta edición está permitiendo hacer emerger una visión africana de los problemas globales, un análisis que sólo es posible, si es liderado por los movimientos sociales africanos. Para ello, ha sido fundamental esta participación africana, multitudinaria, diversa y protagonista de los seminarios y talleres. De nuevo un foro en que europeos y latinoamericanos somos sólo una pequeña parte, de nuevo un foro que refleja la realidad del mundo: Democracia, un hecho que ya es trasgresor en sí mismo.
Estos movimientos sociales africanos, representados en el comité organizador de esta séptima edición, han demostrado a propios y extraños que la sociedad civil africana es capaz de gestionar un evento de las características y dimensiones del FSM. Un foro que se encuentra en un momento de encrucijada, debatiendo cual debe ser su modelo de futuro, siendo conscientes a la vez de que no se puede retrasar mas ese debate.
El nacimiento del FSM en Porto Alegre el 2001 supuso la aparición a nivel mundial de un espacio de encuentro y coordinación de las redes que se oponían a la globalización neoliberal, lo que se llamó la red de redes, o el movimiento de los movimientos.A la vez, supuso una eclosión de propuestas, de pequeñas alternativas, que sumándolas construyeron una alternativa en sí misma al modelo neoliberal dominante, una alternativa a Davos. Y finalmente llegó también la movilización, que alcanzó su máxima expresión el año 2003, con las manifestaciones contra la guerra de Irak, impulsadas de manera fundamental desde el FSM, en lo que fue la primera movilización global del siglo XXI.
¿Y ahora qué? Chico Whitaker, miembro fundador del FSM, expresaba en una charla de apoyo a la autodeterminación del Sahara Occidental, que el Foro es un espacio donde nos encontramos, nos reconocemos e intercambiamos experiencias. Ciertamente el FSM nació bajo esa definición. ¿Sigue siendo válido ese modelo de Foro para continuar avanzando en la definición de otro mundo posible?
Es necesario recuperar la viabilidad que supuso el nacimiento de Foro, en cuanto a nuevas propuestas y movilizaciones. Es importante que los movimientos tengamos un espacio de encuentro, diálogo e intercambio, pero no es suficiente. Como decía la activista india Arundathy Roy, hemos colocado las consecuencias del modelo neoliberal en una pecera, hemos desenmascarado sus mentiras y ahora debemos empezar a romper la pecera.
El FSM debe establecer un mínimo plan de acción, una propuesta conjunta de mínimos que, manteniendo la diversidad, establezca unos ejes de trabajo y movilización, y a la vez sea capaz de seguir manteniendo una visión inclusiva. Esto es fácil de decir y es extremadamente compleja su articulación práctica.
Sin duda esto conlleva importantes riesgos. Debemos evitar pasar de la diversidad a la divergencia y esto requiere de una gran generosidad y madurez de los movimientos, para entender que no todas sus luchas siempre deben ser prioritarias. Estos riesgos, a su vez, pueden ser aprovechados por aquellos y aquellas a los que el FSM se opone o incomoda y empiezan a cuestionar la necesidad de la propia existencia del Foro.
Pero, ¿no es más arriesgado mantener un modelo de FSM que nos ha servido hasta el momento pero puede ser insuficiente para seguir avanzando y afrontar los retos que nos depare el futuro? Este debate debe afrontarse de una manera serena y sin precipitarse. En Nairobi debe empezar el diálogo entorno a estas reflexiones.Y así ha sido. En la asamblea de movimientos sociales se ha decidido aplazar el próximo FSM hasta el 2009 con el objetivo de trabajar durante estos dos años para fijar nuevos objetivos y estrategias.Es preciso concretar mejor una agenda global y sobre todo priorizar las luchas.
Retos como la pobreza, el cambio climático, el recorte de libertades y derechos humanos, la igualdad entre mujeres y hombres, o los conflictos bélicos que azotan el mundo, exigen pasar de la denuncia a la acción, y hacerlo bajo el paraguas del FSM, un espacio que, en palabras de Samarago, contribuyó a crear un cuarto poder mundial, la opinión pública.
Joan Herrera es portavoz de IU-ICV en el Congreso de los Diputados y Laia Ortiz y David Cid son coordinadores de Joves d'Esquerra Verda.