Su debut como profesional llegó en la fría liga holandesa, jugando con la camiseta del PSV Eindhoven. Tenía sólo 17 años.¿El prodigio del equipo? No, porque en aquel club, en la campaña 95-96, militaba un fuera de serie moreno y fibrado de nombre Ronaldo. Eran los dos benjamines del equipo, y por entonces, ambos apuntaban maneras.
Una década después, Gudjohnsen debutó como azulgrana en Vigo.Salió al campo en el minuto 74 sustituyendo a Giuly y con empate a dos en el marcador. A tres minutos para el final le llegó su ocasión de firmar un debut soñado. Un balón elevado, un primer remate de volea que rebotó en la defensa, y un segundo remate con que batió a Pinto. Los tres puntos en el saco y una buena carta de presentación para una temporada en que partía con la difícil premisa de disputar el sitio al Pichichi Eto'o.
Mientras se adaptaba al club, a la ciudad y a su nueva posición sobre el campo -en el Chelsea, club en que militó durante seis temporadas, ejercía de segunda punta e incluso de centrocampista ofensivo- el 27 de septiembre su situación dio un vuelco.
Eto'o se rompió el menisco en Bremen y el delantero islandés se vio de pronto en la primera línea de fuego. Saviola no era más que el séptimo delantero del equipo por entonces, y Gudjohnsen se había convertido en titular indiscutible. Tras marcar ante el Athletic, una mala racha ante puerta le granjeó sus primeras críticas, que se recrudecieron con su recordada pifia en el Bernabéu tras una gran acción de Messi.
Pese a que los técnicos y sus propios compañeros destacaban sus movimientos y desmarques, con los que a menudo facilitaba el remate a los jugadores que llegaban desde la segunda línea, su falta de gol le granjeó duras y encendidas críticas.
En plena polémica, los goles empezaron a llegar. Dos contra el Badalona en Copa abrieron el grifo y prontó empezó a ver puerta con facilidad. Se situó, con diez goles, como segundo máximo goleador del equipo, sólo por detrás de Ronaldinho.
Pero fue entonces cuando Saviola empezó a marcar goles. Siete los metió contra el Badalona y el Alavés en Copa, y la presión del público, por una parte, y el mal momento de juego del equipo acabaron por situar al argentino como delantero centro titular.Gudjohnsen lo asumió con naturalidad -«Saviola está en un gran momento, no me sorprende que sea titular», comentó- y media vuelta después está como empezó: esperando al Celta con la vitola de suplente. La paradoja de este Ronaldo rubio es la mejor metáfora de un Barça que ha nadado cinco meses en las procelosas aguas de la irregularidad.
El de esta noche puede ser un buen punto de partida para que el equipo recupere la línea. Pese a que Rijkaard reconocía ayer que su equipo no atraviesa un buen momento, el rival que visita hoy el Camp Nou no anda sobrado de fuerzas. El Celta de Fernando Vázquez, que cuenta en sus filas con futbolistas de la calidad de Nené, Cannobio, Baiano, Oubiña o Gustavo López, ha completado una decepcionante primera vuelta, en la que ha terminado decimocuarto.Con 21 puntos, el equipo gallego está más cerca del descenso -el Betis suma 18- que de Europa -el Zaragoza tiene 31-.
El equipo celeste ha perdido sus tres últimos partidos y se aferra al recuperado Pablo García para fortalecer el centro del campo.La primera y única victoria del Celta en el Camp Nou llegó el 12 de octubre de 1941, y desde entonces se han sucedido las victorias locales. Sin embargo, este año pescarán en río revuelto.
Barcelona: Valdés; Oleguer, Edmilson, Puyol, Zambrotta; Motta, Xavi, Deco; Iniesta, Saviola y Ronaldinho.
Celta: Pinto; Angel, Tamas, Lequi, Placente; Pablo García, Borja Oubiña; Gustavo López, Canobbio, Nené; Baiano.
Arbitro: Delgado Ferreiro.
Estadio: Camp Nou (19.00 horas. PPV).