Propósitos de enmienda. Hace ahora un año, la película de Isabel Coixet La vida secreta de las palabras fue la vencedora (Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Guión) en una noche cuyo mejor destino sería el olvido. La maratoniana, tardía, aburrida, insoportable gala que coció a fuego lento (lentísimo) Fernando Méndez-Leite bajo los auspicios de la Academia, entonces presidida por Mercedes Sampietro, desencadenó una furiosa tormenta de críticas que se resumían en una frase: la ceremonia de los Goya, o se transforma radicalmente, o mejor desaparece. Pero la XXI gala ya está aquí y la expectación es inusitada porque, además de la guerra incierta entre candidatos (Volver, de Pedro Almodóvar; Alatriste, de Agustín Díaz Yanes; El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro, y Salvador, de Manuel Huerga), está por ver si la atribulada existencia de los Goya corrige hoy su caminar de la mano del presentador José Corbacho o si, por el contrario, el rizo se riza aún más y todo acaba en desastre. La nueva presidenta de la Academia del Cine, la guionista Angeles González-Sinde, debuta, pues, encaramada a un poste de alta tensión.

El extraño 'retardo'.

Los espectadores de La Primera de TVE han de saber que, pongamos por caso, cuando estén viendo a Juan Diego recoger el Goya al Mejor Actor (que lo verán, ya verán), a lo mejor él ya está en el bar de enfrente celebrándolo con un gin-tonic. Explicación: por vez primera en la historia de los Goya, la retransmisión se producirá con media hora de retraso, perdón, de retardo, que es el término oficial utilizado por la Academia del Cine y por RTVE. Es el famoso falso directo, habitual recurso en EEUU para evitar problemas como el tetas fuera de Janet Jackson en la Superbowl o los discursitos políticos en los Oscar.

El único motivo de esta medida es, aseguran en la Academia del Cine, dar una mayor agilidad a la gala de los Goya. Nada de censura. Sólo «imprimir al espectáculo un ritmo más televisivo», en palabras de José Corbacho, el maestro de ceremonias de esta noche. La gala como tal arrancará a las 21.30 horas y finalizará hacia las 00.15 horas. Pero su retransmisión empezará a las 22.00 horas y acabará sobre la 01.15 de la madrugada.

Que viene Corbacho.

«Espero que la gente del cine español sepa reírse de sí misma». «Voy a hacer parodias de películas del cine español, y ya me lo estoy pasando bien haciendo de Penélope Cruz y de Alatriste». Estas dos frases pronunciadas por el showman del equipo de Andreu Buenafuente y ganador el año pasado del Goya a la Mejor dirección novel por Tapas son, pronunciadas así, seguidas, como para echarse a temblar. Ya se verá si esa gente del cine español acepta el guante de la autoburla lanzado por Corbacho... o si alguno u alguna se lo toma a la tremenda. Las malas lenguas sostienen que ya hay miembros de la Academia que han leído el guión de la ceremonia, y... y... corramos un tupido velo.

Almodóvar, 'el ausencias'.

El pasado martes, en El Deseo de los hermanos Almodóvar recibían la muy dura noticia de que Volver no era candidata en la categoría de Mejor Película de habla no inglesa en los Oscar. Sólo Penélope Cruz lograba el hito de ser seleccionada entre las mejores actrices del año (primera española que lo logra, y casi segura ganadora esta noche). El jueves por la mañana, la directora general de la Academia, Ana Arrieta, confirmaba que Almodóvar había sido invitado a la gala de los Goya y que se le esperaba en ella. Por la tarde, El Deseo anunciaba que el director no estaría «por razones personales».

Pedro Almodóvar, que esta vez cuenta con 14 nominaciones, no acude a la gala de los Goya desde 2001, cuando entregó a Alejandro Amenábar el Goya por Los otros. En febrero de 2005, él y su hermano Agustín abandonaron la Academia del Cine, al no sentirse «queridos» por la casa. Su película La mala educación había sido la gran perdedora en esa edición, al ser batida por Mar adentro, de Amenábar.

La gala del cine, la Ley del Cine.

La ministra Carmen Calvo sigue deshojando en su despacho la margarita del texto que servirá de base a la nueva Ley del Cine, habla que te habla con los diferentes sectores. Los operadores de televisión ya han hecho saber su cabreo porque tendrán que incrementar su aportación económica al cine español. Y una de las más firmes reivindicaciones de los productores -el relativo a una más generosa política de exenciones fiscales como vía a la apertura de nuevos inversores privados- no figura, de momento, en el texto. Está claro que en los corrillos y conversaciones de esta noche estará, como telón de fondo, la nueva Ley del Cine.