Burning
Intérpretes: Burning. / Escenario: Sala El Sol (Madrid). / Fecha: 26 de enero.
Calificación: ***
MADRID.- Hay ninguneos que recuerdan a Stalin haciendo desaparecer de la fotografía institucional a políticos incómodos. Purgas como la practicada por la Plataforma de Mujeres Artistas, sin ir más lejos, en los créditos y carátula de su concierto propalestino, grabado en Ramala... Sin embargo, nadie habría querido que Pepe Risi le faltara nunca en el grupo Burning, que el pasado jueves cumplió 10 años sin él a la guitarra. Risi cantaba tan intencionadamente eso de «¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?». Buena pregunta para alguna que otra de las artistas de la Plataforma, que recientemente volvió a Cisjordania.
El tema principal de la película homónima, rodada en su día por Fernando Colomo, fue nuevamente entonado por los Burning anteayer, en boca de su teclista, Johnny Cifuentes. El único integrante original de la banda madrileña es un tipo tan voluntarioso como para tirar de la banda durante cerca de tres décadas. Por eso, tiene todo el derecho del mundo a volver sobre otras piezas seculares de su repertorio. Por ejemplo, Jim Dinamita.
En su favor hay que decir, no obstante, que Cifuentes no hizo más que los ejercicios de nostalgia justos en un programa revival sobre la Movida que reclamó a su banda -orgullosamente periférica- en el centro de la corte y villa. Tanto es así que arrancó el concierto de los suyos con fuerza rítmica inusitada, a caballo del rhythm and blues más stoniano, con exhortaciones del tipo Baila mientras puedas y Miéntelas. Con todo, aparte de sacar pecho desde el barrio y los billares, los Burning también matizaron su alegato chulesco, silabeando a tiempo lento el estribillo que reza Éramos dos, era un volcán/ Éramos dos, un huracán.
Y eso para pisar en seco el freno de su tren rocanrolero, dando tiempo a que el público que los escuchaba, no tan talludito como ellos, recuperase el fuelle. Un respiro al que también contribuyó su sintética versión del tema que Lou Reed tituló una vez Walk on the wild side.
Debe ser cierto que el escenario mantiene en forma (también hay rumores que dicen algo parecido del hábito de conservarse en alcohol). El caso es que el empaque de la pieza titulada Jack gasolina lo demostró. El viento se puso a favor de los Burning gracias a un saxofonista en racha y a Eduardo Muñiz, el instrumentista todoterreno que ahora ocupa su guitarra. Suya fue la exhibición de slides y punteos que se le pide a cualquier banda de rock icónica.
Hay Burning para rato, a resultas del sonido y la actitud que dejaron patente en El Sol, aunque tampoco se le puede pedir mucha evolución a una banda que nació con vocación pandillera en el ring del rock and roll básico, visceral, directo como el gancho de un camorrista callejero.