ATLÉTICO 1
RACING 1
Pichu
Seitaridis
Zé Castro
Pablo
Antonio López
Luccin
Galletti
Maniche
Jurado
Agüero
Torres
Cambios: Gabi por Galletti (min. 60)
Mista por Maniche (min. 72)
s.c.
Toño
Pinillos
Rubén
Garay
Oriol
Scaloni
Colsa
Serrano
Vitolo
Zigic
Munitis
Cambios: Balboa por Colsa (min. 77)
Antonio Tomás por Serrano (min. 87)
s.c.
Juanjo por Zigic (min. 92)
s.c.
Arbitro: Ramírez Domínguez
Tarjetas amarillas: Pinillos, Galletti, Colsa, Luccin, Vitolo, Seitaridis y Zé Castro
Tarjetas rojas: No hubo.
Goles: 0-1: Zigic (min. 73). 1-1: Pablo (min. 75).
VICENTE CALDERON. 32.000 ESPECTADORES.
MADRID.- El Atlético volvió a negarse a sí mismo. En un nuevo tropiezo en el Calderón, en el que sólo ha sido capaz de sumar dos victorias seguidas una vez en lo que va de temporada, trabó sus aspiraciones de irrumpir con fuerza en la zona Champions e incluso de acercarse peligrosamente al liderato. Se había hecho un llamamiento durante la semana, reivindicando la condición de tapado del equipo. «¿Por qué no podemos pensar en algo más?», sugirió Aguirre. Pero, visto el encuentro de anoche, el grupo sigue sin desperezarse, sin romper a jugar. Y así es muy complicado optar a nada.
El encuentro pareció un clon de los anteriores en el coso rojiblanco: primera parte espantosa e intento de reacción en la segunda. Sólo que esta vez la rebeldía surgió tras el gol de Zigic. Pablo puso el empate rápido y el Atlético volvió a sentirse impotente.
Los de Javier Aguirre, como viene siendo habitual, mostraron su peor cara en la primera mitad. Desde los minutos iniciales, la falta de ideas se hizo patente sobre el césped del Vicente Calderón. La primera ofensiva del Racing fue antes de comenzar. En el sorteo inicial cambió la portería habitual en la que los locales disputan la primera mitad. Pero, una vez que sonó el pitido inicial, ya no se mostraron tan agresivos. Y eso que su primer, y único tiro a puerta en este acto, llegó pronto, aunque fue demasiado inocente. Luego su presión y sus patadas, correspondidas por el equipo de Aguirre sin miramientos, convirtieron el choque en un auténtico barullo.
Al gélido Calderón no le sorprendió, era más de lo mismo. Los minutos pasaban, aparecían algunas tarjetas mostradas por Ramírez Domínguez con una falta de criterio importante, y el aburrimiento se apoderaba del ambiente. A los 20 minutos el equipo de Miguel Angel Portugal dejó de presionar y colocó siete hombres por delante de la frontal de su área. Zigic y Munitis se multiplicaban para intentar alguna llegada, pero era imposible.
Porque el Atlético también estaba correctamente plantado. En ataque, a Jurado, que lo intenta con algo de lucidez, le cuesta imponer su juego tan escorado a la izquierda. De pronto empezaron a surgir las llegadas por la banda contraria, la de Galletti, y en un centro del argentino vino la mejor y única combinación decente de los primeros 45 minutos. No llegó Agüero a rematar, el balón le cayó a Jurado en el segundo palo, pero eligió mal. Remató flojo en vez de cederla atrás, donde llegaba Maniche con todo.
Un tiro a puerta por bando. Demasiado poco, aunque la cosa empezó más prometedora en el segundo acto. No se había cumplido el primer minuto cuando Scaloni remató dentro del área a la media vuelta.
De repente, todo pareció cambiar. El Atlético, una noche más, espabiló en la reanudación. Arriesgó, apretó y llegaron las oportunidades, por ambos bandos. Primero una tremenda volea de Fernando Torres, demasiado sólo y gris anoche, que atrapó Toño cuando iba directa a la escuadra. Acto seguido fue el gigante Zigic el que perdonó. Era un correcalles que descongeló las gradas del Calderón.
Los de Aguirre dominaban y el Racing salía a la contra, y con peligro. Todo mucho más animado, aunque los disparos lejanos de los rojiblancos inquietaban mucho menos que las penetraciones santanderinas, casi siempre capitaneadas por Munitis. En una de ellas, cuando el Atlético ya se había manifestado totalmente incapaz de romper la defensa visitante, llegó el tanto de Zigic, mérito de su pequeño compañero de aventuras. Munitis, hiperactivo, aprovechó un despiste de la defensa, dio un pase magistral de espaldas y dejó solo al serbio para que no fallara ante la impotencia de Cuéllar, titular de nuevo ante la baja de Leo Franco.
Duró poco la alegría santanderina. A balón parado, Pablo peinó lo justo una falta botada por Jurado para contrarrestar la ventaja que había puesto dos minutos antes el jugador al que persiguió durante todo el partido. Otro par de minutos después fue el Kun el que a punto estuvo de dar la vuelta al marcador, también de cabeza.
Aunque parecía que el tanto de Zigic había envalentonado al Atlético, sólo fue un espejismo. El Racing administró bien los minutos finales y sacó un previsible y justo punto del Calderón. El Atlético se trabó a sí mismo, de nuevo, en su lucha por volver a Europa. Tiene puntos para mantenerse en la zona alta, pero le falta soltura y algo de fútbol para, al menos, parecer una verdadera amenaza.
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