Recuperar la confianza en el juego era la otra tarea e igualmente se consiguió. Ataques con más circulaciones de balón y ataques decisivos después de enlazar más de un medio táctico concedieron alegría al equipo, recuperándose con un mejor juego los grados de confianza obligados para el futuro, faltando aún por mejorar la aportación de los lanzamientos a distancia, especialmente desde la zona derecha del ataque. Belaustegui, incorporado a última hora, bastante hace con mejorar día a día mientras se espera la aportación de Garralda.

La irregularidad defensiva apareció de nuevo en esta ocasión en el 6:0 inicial que sirviera de revulsivo en otras ocasiones; el cambio de la segunda parte a 5:1 con un Davis excepcional motivó al colectivo, aceleró los movimientos de piernas ajustándose a las exigencias de los húngaros en momentos en el que acusaba el esfuerzo y contribuyó a conseguir las diferencias definitivas. Aumentar la eficacia defensiva es lo que falta para manejarse con la soltura y alegría de Túnez 2005.

Croacia, último rival antes del decisivo partido de cuartos, se manejó ayer con enorme experiencia manejando los tiempos según interesara. Se hace difícil evaluar el estado de un equipo que sin jugar bien, en cualquier momento saca de sus alforjas ilimitados recursos. Han mejorado el rendimiento en la portería respecto a las previsiones por la ausencia de Sola, con buenas aportaciones de Jerkovic y la sensación es de no querer fatigarse en demasía. Recuperar a Dominikovic después del desagradable episodio les ayudará a motivarse. Lo importante era pasar a cuartos.