LUIS FERNANDO LOPEZ
MMT ESTUDIANTES 75
DKV JOVENTUT 83
TELEFONICA ARENA. 8.000 ESPECTADORES (2/3).
G. Martínez (3)
Jasen (15)
Garnett (17)
Nikolic (2)
McDonald (6)
S. Sánchez (13)
Torres (2)
Iturbe (10)
Sanikidze (2)
C. Suárez (5)
Bennett (17)
Rudy Fdez (11)
Sullivan (3)
Barton (19)
Archibald (6)
Laviña (-)
Betts (1)
P. Vázquez (8)
Ricky Rubio (4)
Gaines (14)
Huertas (-)
Arbitros: Hierrezuelo, Redondo y Gª Ortiz
Eliminados: Archibald y Jasen.
MADRID.- Se habló de bajón, de depresión después, más tarde de crisis y ahora... Se agotan las palabras para resumir la caída a los infiernos del MMT Estudiantes, inmerso en una racha fúnebre que ya se llevó por delante las ilusiones de jugar la Copa y comienza a cuestionar las de regresar a los puestos de playoffs al final de la fase regular. Desde el 18 de noviembre, cuando el equipo colegial derrotó al Murcia, sólo ha conseguido una victoria en Liga, ante el colista Menorca. Perdió ocho de los 10 últimos duelos. Cayó ante grandes, rivales de su nivel, oponentes inferiores. La única nota común fue la derrota, y la forma en varias ocasiones, obligado a remontar muy pronto. Supo escalar muchas veces desde su posición inferior, pero sin pegada, se rindió sin poder rematar.
Igual ayer, ante el DKV Joventut. El Estudiantes se mostró siempre vulnerable, atascado sin su referente interior, McDonald, y con Gonzalo Martínez totalmente deprimido por la superioridad física de sus rivales del Joventut. Se agarró con las maneras de los pobres, en arranques individuales como los de Garnett (4/5 en triples) y, especialmente significativos, de Iker Iturbe. Se había colocado el cuadro local a tres puntos (56-59, min. 33), su mejor situación después de una eternidad. El Joventut respondió con su arma predilecta, una presión lanzada muy arriba por Ricky Rubio, que produjo tres pérdidas consecutivas y canastas fáciles para su bando. En poco más de un minuto, la Penya ponía un 0-7. Con la muerte en el rostro, Iturbe despertó al colectivo con dos triples. Los colegiales disponían de una oportunidad casi postuma. No la aprovecharon, quizá porque tanta frustración hizo desaparecer la confianza. Una racha tan desastrosa pone en entredicho el futuro de Pedro Martínez.
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