ENRIQUE FUERIS
PALMA.-
Un hombre de nacionalidad ecuatoriana asesinó ayer a cuchilladas a su esposa, Olimpia Kethy Tomala, de 38 años y la misma nacionalidad y al amante de ésta, Jorge Juan Báez Ripoll, de 36 años y responsable del restaurante del Club Náutico del Portitxol, tras encontrarlos juntos en el domicilio de ella.
El suceso ocurrió alrededor de las 13.00 horas, en un tercer piso ubicado en el número 11 de la calle Málaga, en el barrio palmesano de Son Gotleu. El asesino, Augusto Fernando F. R., de 37 años, había abandonado el domicilio conyugal hacía pocos días. A pesar de las continuas disputas y rupturas, Augusto últimamente frecuentaba el domicilio con el consentimiento de ella y la relación, aunque maltrecha, no estaba rota del todo.
No obstante, el último episodio de la turbulenta relación había acabado con la expulsión del ecuatoriano del domicilio. Ayer, sin llaves del piso, Augusto accedió al interior del mismo a través del balcón, después de que una vecina de 73 años residente en la vivienda contigua le abriera la puerta.
Augusto encontró a Olimpia junto a su nuevo compañero sentimental, Jorge Juan Báez, que tenía la concesión del restaurante del Club Náutico del Portitxol, en el que la ecuatoriana trabajaba. Augusto entró en cólera y armado con un cuchillo desahogó su ira sobre la pareja.
Jorge Juan recibió siete cuchilladas que acabarían con su vida en poco tiempo. La agonía de Olimpia, con un número indeterminado de puñaladas, se prolongaría unas horas, hasta su muerte ya en Son Dureta.
Varios vecinos vieron salir a Augusto del domicilio y atravesar la calle. El asesino portaba un cuchillo, iba con el torso desnudo y cubierto de sangre. La Policía Nacional interceptó al agresor poco después, caminando sin rumbo fijo a la altura del puente de la calle Aragón. Augusto no dudó en confesar su crimen.
Dos hijas en Ecuador
Mientras, una UVI móvil del 061 trasladaba a Olimpia al hospital de Son Dureta. Su estado era crítico. Los sanitarios no habían podido hacer nada por salvar a Jorge Juan (las heridas en órganos vitales habían acabado casi instantáneamente con su vida) y todos sus esfuerzos se volcaban en poder mantener con vida a la ecuatoriana. Los esfuerzos del personal médico de Son Dureta fueron baldíos. Olimpia fallecía a las pocas horas de ser ingresada en el centro sanitario.
La ecuatoriana dejaba a dos hijas de 13 y siete años de edad, fruto de su relación con su asesino. Las dos menores se encuentran en Ecuador.
El detenido tenía una orden de alejamiento de su mujer después de haberla agredido en septiembre, aunque continuaba viéndola con frecuencia protagonizando violentas discusiones que no pasaban inadvertidas para los vecinos.
Mientras Olimpia agonizaba en Son Dureta, la Policía Científica investigaba el escenario del crimen. El cadáver de Jorge Juan Báez era desalojado alrededor de las 16.00 horas, ante la mirada de varios vecinos agolpados en la estrecha calle en la que se había producido el doble crimen.
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