JAVIER GOMEZ
La inmensa mayoría de jóvenes, tanto madrileños como procedentes de otros países, son pacíficos. Sus principales valores se identifican con la paz, la igualdad, la tolerancia e incluso mantienen un alto grado de compromiso social, lo que no implica que puedan existir brotes puntuales de violencia juvenil que nos deben llevar a analizar sus causas y a valorar si afrontamos adecuadamente los retos que se plantean.
Los Latin Kings, los Ñetas, son bandas conformadas por adolescentes de diferente procedencia, incluidos jóvenes madrileños, que han copiado el modelo de las bandas de sus países de origen. La desestructuración familiar, el fracaso escolar, la falta de alternativas, de identidad y la inseguridad llevan a la búsqueda del grupo para suplir estas carencias. Afortunadamente, en los últimos dos años, la actuación policial ha reducido drásticamente la amenaza que estos grupos suponían para la convivencia. Es más, lo sucedido en Alcorcón, aunque se trate de un enfrentamiento entre jóvenes, no puede relacionarse con este tipo de bandas. No es como los que han ocurrido en algunos barrios de Madrid.
Por ello, la educación se convierte en uno de los elementos esenciales, aunque, desgraciadamente, el Gobierno regional en lugar de realizar un esfuerzo presupuestario en Educación pública, la ha sometido a una importante degradación, sólo paliada por el esfuerzo de algunos municipios, como los del cinturón sur metropolitano, aunque no tengan competencia. Es necesario crear aulas de enlace adecuadas para estudiantes extranjeros, disminuir las ratios de alumnos, repartir a los estudiantes inmigrantes en todos los centros sostenidos con fondos públicos, impulsar proyectos de convivencia o incorporar nuevas figuras de apoyo al profesor, como el educador social. Medidas que no lleva a cabo la Administración competente, que es la regional.
El principal problema para los alumnos inmigrantes radica esencialmente en el tiempo que transcurre desde la salida del colegio hasta que sus padres acaban de trabajar. Es necesario plantear la apertura de los centros en horario no lectivo, implicar a los educadores sociales en la programación de actividades, que los departamentos de juventud -como hace Alcorcón con la escasa ayuda de la Comunidad- apuesten por la realización de actividades de ocio y tiempo libre atractivas para estos adolescentes, con metodologías encaminadas a la atención a la diversidad.
También es imprescindible el apoyo a colectivos juveniles para que impulsen la creación de tejido asociativo por parte de estos jóvenes, adaptando a sus horarios y los de sus familiares a aquellas actuaciones que favorezcan su interrelación, impulsando y propiciando su implicación social.
Javier Gómez es portavoz de Juventud del PSOE en la Asamblea de Madrid
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