Partida, también alcalde de Villanueva de la Cañada, acompañó ayer al consejero de Presidencia, Francisco Granados, durante el acto de presentación de lo que será la nueva comisaría del municipio.

A preguntas de los periodistas, el alcalde villanovense señaló que «en Alcorcón, como en otros municipios de la región, lo que hay son problemas de seguridad que, en gran parte, se están atajando por la labor que desarrollan los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado con la colaboración de las Policías locales y principalmente, de los agentes locales destinados a la prevención del delito en el Proyecto de Seguridad de la Comunidad de Madrid (Bescam)».

Añadió que, en su opinión, «lo que tenemos que hacer quienes tenemos la responsabilidad de gobernar es escuchar sencillamente a los vecinos y tomar medidas para solucionar los problemas que ellos nos plantean», así como «transmitir tranquilidad, sosiego y energía para atajar dichos problemas».

En el mismo acto Francisco Granados aseguró ayer que el Gobierno regional no tiene por qué llamar a la calma a los vecinos de Alcorcón, ya que éstos no están «nerviosos» sino «hartos» de que «les roben, les extorsionen y les agredan en la calle», por lo que Granados abogó «no llamarles a la calma» sino «dar solución a sus problemas».

Por su parte, el candidato socialista a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Rafael Simancas, desmintió ayer que existan en Alcorcón mafias de extorsión y afirmó que «aquí no hay Corleones, ni una escalada generalizada de violencia sino un estallido, limitado y atajado, de algunos jóvenes con valores reprochables».

Rafael Simancas criticó en sus palabras la actitud del Partido Popular ante los incidentes violentos que se produjeron en la localidad de Alcorcón la semana pasada, y acusó al partido de «escurrir el bulto y endosar los problemas a mí y a Zapatero».