KAMRAN HAIDER. Reuters / EL MUNDO
PESHAWAR (PAKISTAN).-
Al menos 11 personas, la mayoría efectivos policiales, murieron el sábado en un ataque posiblemente suicida llevado a cabo con un coche bomba cerca de una mezquita de la ciudad paquistaní de Peshawar, según informó un funcionario de alto rango del gobierno provincial de esta localidad.
El administrador de la ciudad, Ghulam Ali, afirmó que 11 personas murieron y otras 20 resultaron heridas en la explosión cerca de la principal mezquita suní de la ciudad, Qasim Ali Khan. Al cierre se esta edición, la agencia Efe, citando a fuentes policiales, elevaba a 15 el número de los fallecidos y a 40 el de los heridos.
La versión oficial señala que un terrorista suicida se aproximó a la puerta de un centro religioso chií custodiado por varios miembros de las fuerzas de seguridad e hizo estallar una bomba que acabó en el acto con la vida de varios agentes, entre ellos el alto oficial de Peshawar Malik Saad.
Los policías protegían el centro en previsión de altercados con la comunidad suní, que mantienen en la provincia una difícil convivencia, saldada a menudo con atentados sangrientos. «Cuando los policías salieron ocurrió la explosión. Nos asustó mucho, el ruido fue ensordecedor», dijo a Reuters el presidente del mencionado centro religioso, Sayed Qainul Hassan.
El mes de Moharram
El ministro jefe de la provincia del noroeste, Mohamad Akram Khan Durrani, señaló que temía que la cifra de muertos pudiera aumentar. «Hemos recogido los restos de lo que parece ser un suicida», dijo a Reuters un funcionario policial refiriéndose a las piernas del supuesto terrorista.
No está claro quién es el responsable de la explosión, pero Pakistán se ha preparado para un nuevo ciclo de violencia sectaria en el mes islámico de Moharram, durante el cual la minoría chií del país llora la muerte de uno de sus héroes. Se trata de la conmemoración de la muerte violenta de Husein, el tercer imam de la confesión chií, asesinado en el año 680 por la dinastía suní de los Omeyas.
El atentado de ayer es el segundo que causa víctimas mortales en dos días. El viernes, un ataque suicida contra el Hotel Marriot de Islamabad había matado a dos personas: el atacante y un guardia de seguridad. Las autoridades creen que en este atentado estén involucrados los extremistas pro-talibán que se enfrentan contra las fuerzas paquistaníes en la frontera con Afganistán.
Ambos ataques ocurren cuando el Gobierno del presidente Pervez Musharraf acaba de recibir nuevas acusaciones por parte de Estados Unidos, que ha afirmado que Pakistán «da cobijo» a los talibán. Una acusación que las autoridades de Islamabad tardaron en desmentir, informa France Presse.
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