Domingo, 28 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6251.
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La ley debe ser como la muerte, que no exceptúa a nadie (Montesquieu)
 OPINION
DOS EN LA CARRETERA
De cómo Él se inclina por la compasión cristiana y Ella invoca el espíritu de la Ley
LUIS MARIA ANSON CAYETANA ALVAREZ DE TOLEDO

Este intercambio epistolar comienza con una invitación de Él a disfrutar del magnífico trabajo de Belén Rueda en la obra teatral que acaba de estrenar, Closer. Ella, por su parte, le anima a fijarse en el ilusionante trabajo que están realizando los dos candidatos del PP a la Presidencia de Castilla La-Mancha y Extremadura, María Dolores de Cospedal y Carlos Floriano. Los dos reflexionan sobre el pulso que el etarra De Juana Chaos ha pretendido mantener contra el Estado de Derecho y coinciden en que Zapatero habría prometido a ETA la excarcelación del preso en sus negociaciones subterráneas.

DE UNA GRAN ACTRIZ A DOS POLITICOS DE RAZA

Querida Cayetana...

Con tanto devaneo político, ni Acebes ni tú habréis tenido tiempo para presenciar una representación de Closer en el teatro Lara. No sabes lo que te estás perdiendo. Belén Rueda es una actriz soleada de nerudas y machados. Tiene la mirada arborescente, los pechos en agraz, las manos desmayadas. Interpreta el papel de Anna de forma magistral. Todo un descubrimiento. Voy a dedicarle mi artículo del jueves en El Cultural, que no sólo de Zapatero, ludópata político, se debe vivir en Génova.

¿Por qué no te enteras, querida Cayetana, de quién es el amigo del presidente que ha propiciado la visita del Comité Antitortura de la UE a De Juana Chaos? Yo no se lo puedo contar a los lectores de EL MUNDO, pero tú sí, que me acompañas como Audrey Hepburn en esta carretera dominical. Cené una noche en casa de Aline Romanones con Audrey Hepburn. Era muy alta, muy inteligente y hasta simpática. Tenía una sonrisa imposible de olvidar. Por cierto, parece como si alguien cercano al Gobierno estuviera siempre dispuesto a filtrar noticias para favorecer a los etarras. ¿No habría que pedir cuentas a Zapatero de tanta sospechosa reincidencia?

Querido Luis María...

Casi todos tus deseos son órdenes: consultaré mis fuentes y me enteraré de las identidades del mediador y el chivato. Pero, entretanto, deja que te presente a dos dirigentes que encarnan la renovación del PP y que, como tu sonriente Audrey y mi voluble Albert, como tú y yo, forman una pareja circunstancial y mediática. Son guapos, inteligentes, liberales y conjugan un profundo sentimiento de pertenencia a sus respectivas comunidades autónomas con una visión nacional. Se llaman María Dolores de Cospedal y Carlos Floriano, y tienen ante sí el reto de acabar con 25 años de hegemonía socialista en Castilla-La Mancha y Extremadura.

Dirás que no lo tienen fácil. A golpe de subvención, Bono e Ibarra han logrado tejer tupidas redes clientelares en las que languidecen, cautivos voluntarios, desde los curas y los empresarios hasta los medios de comunicación. Sin embargo, si yo dirigiera un periódico o tuviera un programa de radio o televisión -y no creas que me puede la nostalgia-, me fijaría en estos dos jóvenes candidatos que llegan pregonando el cambio y desmontando mitos. Sobre la imbatibilidad del PSOE en las regiones menos desarrolladas y sobre el carácter inmovilista y «casi gótico» del PP.

De Floriano te diré que al verle actuar ante 6.000 personas el pasado sábado en Badajoz tuve la sensación de estar ante un híbrido ibérico de Sarkozy y Cameron: arrollador en las formas y con un discurso que combina la apelación convencional e imprescindible a un Estado cohesionado y solidario con una defensa razonada del medio ambiente. Frente al eco-comunismo retro que en España encarna Imma Mayol surge ahora el eco-liberalismo, potente bandera de futuro que, creo, debería enarbolar el conjunto del PP. Convertir lo verde en productivo: ése es el objetivo de Floriano. El que persiguen todos los gobiernos europeos salvo el nuestro, demasiado ocupado reabriendo debates antediluvianos.

En cuanto a Cospedal, es una moderna madonna de La Mancha de mirada limpia. Tras el cuento de la mujer fría y la realidad de la abogada del Estado ante el Tribunal de Derechos Humanos, se esconde una política cercana y valiente, que sortea el boicot protocolario y mediático de Barreda recorriendo todos los pueblos de su comunidad. Se ha ganado el respeto y el afecto de su partido y tiene un proyecto revulsivo para una Castilla-La Mancha entumecida.

Floriano y Cospedal no aceptan el tópico de las comunidades de segunda ni las coartadas que han servido a un populismo parasitario para perpetuarse en el poder. Ojalá ganen. Se vendría abajo la falacia, propagada por la izquierda y asumida por parte de la derecha, de que algunos españoles sólo son capaces de votar a quienes regalan relojes de oro falso y sueltan tacos en lugar de ideas.

CHANTAJE ETARRA AL ESTADO DE DERECHO

Querida Cayetana...

Es una opinión personal, pero creo que entre los compromisos subterráneos de Zapatero con ETA, algunos de ellos aireados con escarnio por Gara, figuraba la excarcelación de De Juana Chaos, como prolegómeno a la mano abierta para los presos asesinos de la banda terrorista. La Fiscalía, tras las insólitas declaraciones públicas de Zapatero alineando al delincuente con el proceso de paz, ha hecho todo lo posible por ponerle en la calle. La presión de la opinión pública y la independencia de la Justicia frenaron la operación. Los médicos dicen que puede morirse y que mejor que se vaya a casa. El PP debería exigir que otros doctores analicen la situación del preso. Dos diagnósticos nos acercarán más a la verdad que uno.

En todo caso, a mí me falta la vastedad implacable de tu mirada. Yo me he nutrido del derecho público cristiano y mis raíces están en el cristianismo. Aprendí de niño que hay que odiar el delito y compadecer al delincuente. A pesar de las atrocidades cometidas por De Juana Chaos, si yo fuera juez estaría, claro es, con la Justicia, dura lex, sed lex, pero me alinearía con la compasión, si de verdad el preso está en peligro de muerte. Eso es lo que me dicta la formación cristiana. La decisión de la Audiencia se ha movido en esa dirección. El Estado de Derecho no se puede cuartear y debe descargar todo su peso sobre el delincuente, pero eso es compatible con tratamiento especial en el hospital.

Querido Luis María...

No es verdad. La resolución de la Audiencia no se ha movido «en la dirección de la compasión cristiana». Y no porque los jueces no sean misericordiosos, que los habrá de todo tipo, sino porque la compasión cristiana no tiene nada que ver con la decisión que han tenido que tomar. La compasión cristiana, como la prisión atenuada, sólo es aplicable a los enfermos terminales y no a quienes han decidido dejar de comer tan voluntariamente como en su día decidieron matar. En este caso, a 25 personas.

En lo que sí coincido contigo es en la sospecha de que el Gobierno se comprometió a excarcelar a De Juana en un periodo razonable de tiempo: uno o dos años. Sería el más inocuo de sus compromisos con ETA. Si hemos de creer a Gara, Zapatero prometió a ETA aquello que no está legitimado ni capacitado para dar: un gran acuerdo político para solucionar el «conflicto» vasco. Es decir, para incorporar, bajo los necesarios eufemismos, la autodeterminación y la anexión de Navarra. Fue una deslealtad con quienes le votaron en base a un programa que garantiza el cumplimiento del Pacto Antiterrorista hasta «la derrota de ETA o su disolución efectiva». Fue una deslealtad con el conjunto de los españoles, a quienes representa como presidente del Gobierno. Y fue una deslealtad con la Constitución, que prometió cumplir y hacer cumplir.

Pero, además de una deslealtad, fue una imprudencia y una estupidez. Porque hay cosas que nadie, ni el presidente del Gobierno, ni siquiera el Rey, pueden garantizar. Y una de ellas es que la sociedad vaya a secundar sin más un acuerdo secreto con una organización terrorista. Las víctimas, la opinión pública, el PP y los jueces se han negado a firmar la carta de rendición ante ETA. No lo hicieron cuando lo que estaba en juego era la vida de un joven concejal de Ermua con cara de niño y mirada perdida. Y no lo han hecho ahora, cuando el protagonista del chantaje es el asesino de la carcajada limpia.

Las víctimas se han rebelado. La sociedad se ha movilizado. El PP ha superado los asaltos a su unidad y la tentación de transar, y se ha puesto al frente de la manifestación en defensa de la libertad. Y los jueces han seguido aplicando la Ley a pesar de las presiones. La sentencia del Supremo contra las juventudes de ETA y la decisión de la Audiencia de mantener a De Juana en prisión son dos victorias importantísimas para el Estado. La Justicia ha mandado un mensaje contundente a ETA: la democracia española no cede ante el chantaje. Es el mensaje que Zapatero sigue sin dar a pesar del atentado que costó la vida a dos personas y que ha demostrado que ETA no tiene intención de abandonar la violencia.

Me preguntarás: ¿y ahora qué? Luego, en voz baja y desde el afecto, supongo, me acusarás de ser poco flexible. Y yo te responderé como Margaret Thatcher a un buen periodista que le reprochó su falta de compasión cristiana ante la huelga de hambre del preso del IRA Bobby Sands: «Sí, en el respaldo del imperio de la ley, en la defensa imparcial de las personas, en la determinación de hacer frente a la violencia, es cierto que soy inflexible».

EQUILIBRIO ENTRE JUSTICIA Y COMPASION

Querida Cayetana...

No será fácil que entiendas en este caso tan politizado lo que significa la máxima cristiana de odiar el delito y compadecer al delincuente. La Audiencia ha hecho lo adecuado: imponer el Estado de Derecho manteniendo preso al terrorista. Se ha instalado a la vez en la compasión de que continúe en el hospital. Poco tiene que ver lo que cuentas de la Thatcher con este asunto.

Pero me llega la segunda edición de Salvador Allende, el fin de un mito, un ensayo sagaz de Víctor Farías, que completa ahora con Salvador Allende, antisemitismo y eutanasia. Está claro que Pinochet fue el médico al que se llamó de urgencia y se quedó de cabecera, con una actuación fascista cruel e inaceptable. Pero el Gobierno de Allende caminaba de forma ineluctable hacia una dictadura comunista. En abril de 1973 estuve en Chile y sé muy bien lo que digo. La situación económica era límite.

El «Zapatero, embustero» que acuñé yo en una canela fina cuando me informaron de los contactos del líder socialista con ETA como jefe de la oposición, queda plenamente demostrado en un libro, escrito con tensión y pulso: Zapatero, el efecto Pinocho, de Ignacio Villa. La nariz le ha crecido a Zapatero, de tal forma que es ya el hombre a una nariz pegado de la sorna quevedesca. Y sigue mintiendo, Cayetana, sigue mintiendo porque la negociación subterránea con ETA prosigue. Como lo cortés no quita lo cavanillas me ha gustado, y mucho, el artículo de Zapatero en este periódico sobre su amigo muerto, Benigno Castro. En esa dimensión, de sensibilidad y solidaridad, también de su amor a la poesía, siempre me ha gustado el presidente.

Querido Luis María...

Sutilísima contraposición de la sabiduría cristiana entre el odio al delito y la compasión ante el delincuente. Insondable, supongo que supones, para quien, como yo, trata de separar Estado y religión. Bastante presión han soportado los jueces estos últimos días como para que los abrumemos ahora con conceptos difusos que sólo tranquilizan a quienes los invocan. Ya nos advirtió Berlin de que a menudo hay que escoger entre dos bienes; o, por lo menos, establecer un equilibrio entre ambos. Justicia y compasión, libertad y seguridad: ¿dónde está el punto de encuentro? Le corresponde al pueblo español establecerlo. Y ya lo ha hecho: en un conjunto de normas que nuestros representantes han debatido y aprobado en el Parlamento. Leyes que contemplan mil cautelas y garantías, leyes clementes con el arrepentido. Leyes que, con sus imperfecciones, son las de una nación vieja y bastante sabia. Sabemos que la crueldad conduce al abismo. No buscamos venganza, pero no podemos vacilar en la administración de la justicia.

Estoy segura de que un día, dentro de no muchos años, echaremos la vista atrás y nos daremos cuenta de que precisamente la aplicación escrupulosa de la ley habrá sido la mejor defensa de nuestro Estado de Derecho frente a la frivolidad del presidente Zapatero. Si no fuera por la gravedad de la situación, sería fascinante el experimento al que nos ha abocado este Gobierno: menguado el legislativo, el poder ejecutivo, fiscal general en ristre, intenta doblegar al judicial. Estamos, más que nunca, en manos de los jueces. Y, a pesar de Garzón, desde hace unos días me voy convenciendo de que son buenas manos.

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