Lunes, 29 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6252.
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 CATALUNYA
JULIO VILLACORTA / Miembro de la ejecutiva de Ciutadans
«En las municipales está el gran reto de Ciutadans, el de consolidar una formación política con futuro»
A sus 60 años, este histórico dirigente socialista ha dado el paso y ha cambiado de siglas. El miércoles asistió a su primera reunión en la dirección de Ciutadans, y subraya que estos encuentros «no tienen nada que ver con las votaciones 'a la búlgara' del PSC». Habla abiertamente de las dos almas de su nuevo partido y augura un gran resultado el 27 de mayo
DANIEL G. SASTRE

BARCELONA.- Julio Villacorta García (Barcelona, 4 de diciembre de 1947), histórico dirigente socialista catalán, animó la campaña electoral de las autonómicas cuando anunció que se había dado de baja en el PSC para pasar a Ciutadans. El fin de semana pasado, el partido no nacionalista lo integró en su ejecutiva.

Pregunta.- ¿Por qué dejó el PSC?

Respuesta.- Sencillamente, porque de un tiempo a esta parte la nueva trayectoria que ha emprendido el partido no es acertada.La estrategia está claramente marcada: la pretensión de reducir Cataluña al catalanismo, que es no entender Cataluña.

P.- ¿Cuál fue el punto de inflexión del cambio del PSC?

R.- Se explicita cuando se forma el primer tripartito. Pero yo, que conozco bastante bien la vida interna del PSC, diría que toma cuerpo sólido después de los Juegos Olímpicos. En el Congreso de Sitges, los llamados capitanes asumen ese proyecto. Corbacho, Montilla... lo asumen sin la más mínima capacidad crítica. Cogen un discurso que las corrientes catalanistas del partido ya planteaban, creyendo que era el camino hacia el poder.

P.- ¿Por qué sucedió eso?

R.- Por la sensación de que la dirección que actuaba antes no era capaz de ganar, y porque aquí el discurso facilón era el del catalanismo: cuanto más nacionalista, mejor. Creyeron que así se conquistaba el poder, y así es, lo han conseguido.

P.- A través de los pactos.

R.- A costa de pactar con Esquerra y con todo lo antisistema que pulula, ahora que el tema está encima de la mesa. Creo que es una victoria pírrica desde el punto de vista social, político y económico. Esto no va como proyecto de Cataluña.

P.- Usted llegó a disputarle el liderazgo del PSC a Pasqual Maragall.

R.- Sí, yo tuve un gesto bizarro, era muy consciente de que era simbólico. Fue cuando tuve la seguridad psicológica de que ahí empezaba la segunda parte de la función. Maragall estaba en Roma, la gente decía que no había líderes, todo el mundo estaba desesperado.¿Qué no hay candidato? Pues yo. Me repelen un poco estos personajes que se creen imprescindibles. En política nadie es imprescindible.Pero en cuanto Pasqual vino de Roma lanzó su documento Per Catalunya, que no era obra del partido, y ya dibujaba las bases de toda esta estrategia.

P.- ¿Ve diferencias en los objetivos de Montilla y Maragall?

R.- A Pasqual se le veía venir. Es un personaje que tiene un proyecto político elaborado, y lo ha anunciado con anticipación.Y puedo asegurar que el proyecto de Montilla yo sólo lo vi acabado el día de su discurso en la toma de posesión. Hasta ese momento había muchas piezas que no encajaban. En el partido a Montilla se le tenía como cabeza visible de los capitanes, y por tanto, con una gran querencia por el poder, con el discurso que haga falta.

P.- ¿Qué opinión le mereció la formación del primer tripartito?

R.- Yo era conseller nacional del PSC y planteé mi oposición clara al Pacto del Tinell. Recordando los hechos, el Consell Nacional aprobó el documento sin haberlo leído. Se votó sin leerse.

P.- ¿Qué le ha parecido el final político de Maragall?

R.- Es la culminación del proceso iniciado en Sitges. Los capitanes se plantearon la toma del poder asumiendo el discurso de la dirección tradicional, y esa estrategia termina con la toma del poder en Cataluña.

P.- ¿Cuándo se interesó por el proyecto de Ciutadans?

R.- Conozco el mundo de Ciutadans desde hace tiempo, desde el primer día que los intelectuales planteron el llamamiento y vi que tenía base sociológica y posibilidades reales. Estuve en todos los prolegómenos del Foro Babel, fui cofundador de Convivencia Cívica. Desde que vi que la estrategia del catalanismo totalizante, digamos, iba cuajando, he intentado conectar con sectores sociales.Dentro del PSC me resultaba difícil conseguir un mínimo de consenso, porque el diseño del partido y el astuto trabajo de la dirección no permite la conexión transversal de los militantes.

P.- ¿Esperaba que Ciutadans obtuviera escaños en el Parlament?

R.- No sé si lo creía más que lo esperaba o viceversa, pero no me sorprendió en absoluto. Yo en el PSC me he manifestado tradicionalmente al esquema que ha desarrollado porque el entorno social que veía no cuadraba con él. Me cuadra Ciutadans, y su buen resultado el 1-N.

P.- ¿Qué puede aportar usted a la ejecutiva de Ciutadans?

R.- Intentaré aportar la experiencia de 30 años en otro partido.Yo he vivido en el PSC todo el proceso de fundación, fusión y desarrollo de estructuras, finanzas, congresos... Es un cierto bagaje. Eso se mezcla con el aire de frescura que este partido tiene, que es importante. Los consejos generales de Ciutadans no tienen nada que ver con las votaciones a la búlgara del PSC.Ciutadans me recuerda los primeros años del PSC-Congrés, de donde yo vengo: hay debates vivos, apasionados.

P.- Se ha dicho que el discurso de Ciutadans se acaba en el tema lingüístico y nacional.

R.- El discurso de Ciutadans empieza con esos temas, porque haber centrado el debate político español y catalán en esos temas ha creado lagunas que ahora hay que llenar. En las municipales, Ciutadans tiene que demostrar que tiene alternativas, hay que bajar a la calle. En las municipales está el gran reto para Ciutadans, el de consolidarse como una formación política con futuro.

P.- ¿Es partidario de presentar listas en mayo sólo en Cataluña?

R.- Creo que lo oportuno ahora es que Ciutadans consolide su mensaje en los ayuntamientos catalanes donde tenga capacidad.El tema está abierto, y se tratará en los próximos consejos generales y en la conferencia municipal. Pero no cierro la posibilidad de que en alguna parte del resto de España salga un grupo que tenga material político y humano que convenza a la dirección.

P.- ¿Es cierto que en Ciutadans conviven dos almas, la socialdemócrata y la liberal?

R.- No dudo de que esas dos sensibilidades están en Ciutadans, es lógico. Está claro, por mi trayectoria, dónde estoy yo. Pero creo que esas dos almas, cuando se expliciten los conceptos donde puede haber disensión, trabajarán en busca de una síntesis que permita cohesionar el partido.

P.- ¿A quién preocupa más la irrupción de Ciutadans, al PSC o al PP?

R.- El PSC, sin duda alguna.

P.- ¿Habla con conocimiento de causa?

R.- Sí.

P.- ¿Cómo se acogió en el PSC la formación de Ciutadans?

R.- Al principio lo trivializaron, pero cada vez les preocupa más.

P.- Sin embargo, los distritos de Barcelona donde Ciutadans tuvo más éxito en las autonómicas fueron los tradicionalmente más conservadores.

R.- En las municipales será al revés.

P.- ¿Cree usted que su fichaje puede ayudar a quitar votos al PSC?

R.- Me empeñaré hasta las cejas.

P.- ¿Qué resultado esperan en la provincia de Barcelona?

R.- Creo que tendremos representación en los ayuntamientos de no sólo aquellos municipios donde se superó el 3% el 1-N, sino que la tendencia crecerá. En Lleida y Girona será más difícil, pero la implantación, de entre el 3% y el 5%, que se obtuvo en una franja de 20 kilómetros en paralelo a la costa es muy importante.Ese es el territorio de Ciutadans en primera instancia.

P.- ¿Qué perfil buscan para el candidato en Barcelona?

R.- Debemos concretar la oferta electoral, y a partir de ahí, buscaremos candidatos que crean en ella.

P.- ¿Cree que la publicación de que Albert Rivera flirteó con el PP puede restarle votos socialistas?

R.- No, creo que este partido va a ser capaz de encontrar esa síntesis entre posiciones socialdemócratas y social-liberales, y que al final estas pequeñas tensiones internas entre un alma y la otra se capitalizarán.

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