El futuro de Ramón Calderón empieza hoy. El presidente provisional del Real Madrid no hablará con grabadoras ocultas ante los universitarios, ni ante los 100 socios más antiguos; ni siquiera tiene que ir a Valdebebas a dar explicaciones a sus jugadores. Quien le espera es una juez. Milagros Aparicio, titular del 47 de Madrid, le tiene que hacer unas cuantas preguntas para llegar a una solución que, en cualquiera de los dos casos, marcará la historia del club: si decide dar validez al voto por correo, Calderón podría dejar los mandos del Bernabéu; si lo anula definitivamente, Calderón se habrá salido con la suya. Durante las aproximadamente dos semanas que transcurrirán hasta que se produzca la sentencia, 10.511 papeletas aguardan en cajas selladas en un cuarto de otro Juzgado de la ciudad.
El trascendente juicio llega en el momento más bajo del proyecto deportivo. Tedio y ruina son hoy de forma contundente los sinónimos del fútbol de Fabio Capello. Desde los despachos, ayer comenzaron a enviarse instrucciones precisas para hacer ver que Calderón piensa en un nuevo cambio de estrategia, que sería la tercera en sólo un año: empezó fichando veteranos con mucho apellido y poco futuro; ante el fracaso, en diciembre se apostó por lo que la grada llama el frente de juventudes (con Gago, Higuaín y Marcelo). Lo próximo de Calderón, si es que sobrevive al juicio, es traer a estrellas confirmadas y mediáticas, pese a que el discurso oficial era que se debía acabar con la etapa de lujo de Florentino Pérez. Si todo fracasa, el cuarto proyecto puede ser el de bucear en el mercado de Asia.
JUZGADO 47
La juez Aparicio puede cambiar la historia del club
La judicialización en la que permanece sumergido el Real Madrid tiene su origen en la demanda presentada por Ramón Calderón para cuestionar la legalidad de la norma 15 que regula el voto por correo, la que permite que esas papeletas puedan ser gestionadas y remitidas al club por las propias candidaturas. En esta línea de locura, Kafka podría hacer su aparición esta mañana en el juicio, ya que, entre otras cosas, Ramón Calderón aparecerá como demandante y a la vez como demandado, por su condición de presidente del Real Madrid. Hay que recordar que él era directivo cuando el club aprobó esa normativa.
La asamblea de compromisarios desestimó recientemente una propuesta de Calderón para que desapareciera de los estatutos del club esta modalidad de votación. Ese fracaso de la presidencia no pasó desapercibido para la juez. Los socios del Real Madrid quieren seguir teniendo esa segunda posibilidad de elegir a su presidente.
En la amplia relación de testigos propuestos por las partes aparecen, entre otros, el secretario de la Junta Electoral, Ernesto Toth, el portavoz de la anterior junta, Enrique Sánchez, o un empleado del club, Luis Torres, despedido en su día al negarse a testificar que hubiera manipulación en el envío de ese polémico voto por correo.
Torres fue readmitido porque un juez estimó como despido improcendente la decisión del club que, por cierto, mantiene a este empleado en su casa y cobrando.
Hay más. La declaración jurada de Luis Torres, un empleado con más de 15 años de antigüedad del que nunca hubo una queja, ante el notario Rogerio Pacios Yáñez, alarmó a los opositores de Ramón Calderón. Hacía referencia a una conversación con el vicepresidente y ya dimitido Juan Mendoza, quien le dijo textualmente, según esa declaración: «No seas tonto. A nosotros no nos va a quitar nadie de aquí. El juez Garzón es muy amigo de Ramón Calderón y de Antonio Medina [directivo y secretario del Madrid], y se va a hacer cargo del voto por correo».
Hasta hoy, Garzón, un peso pesado en los pasillos judiciales, no ha aparecido oficialmente en el escaparate. La oposición a Calderón espera que siga siendo así. Su temor viene fundado por la estrecha relación laboral y personal entre Garzón y Manuel Medina, padre de Antonio.
La juez Aparicio emitirá su fallo en un plazo nunca superior a un mes. Al margen de los testigos, admitió como prueba una cinta de la Cadena Cope en la que quedaba al descubierto la connivencia de Calderón con uno de los denunciantes. Se trata de Mariano Rodríguez Barutel, conocido por Nanín, quien afirmó «no conocer a Calderón» y haber «sorprendido» a hombres de Villar Mir en una oficina postal «remitiendo cientos de papeletas». Según ha podido saber EL MUNDO, Nanín es amigo íntimo de la hija de Calderón, a quien conocía perfectamente. Hoy trabaja para el presidente.
AUDIENCIA PROVINCIAL
Su decisión puede llegar de forma paralela
Villar Mir presentó un recurso contra la decisión de la juez Aparicio de suspender cautelarmente el voto por correo. La intención es levantar esa suspensión. La Audiencia deliberó el pasado jueves y hará público su fallo esta semana. Si acepta ese recurso, la Junta Electoral deberá proceder al contar los sufragios. Y ahí afirman tener todo ganado, tanto Fernando Fernández Tapias, nueva cabeza de la candidatura que dirigió el ya retirado Juan Palacios, como el propio Villar Mir. Esta decisión no será recurrible y puede ser la clave de bóveda de todo el proceso.
JUZGADO 25
De «cientos de denuncias» a sólo un puñado
Calderón, para iniciar todo el proceso judicial que ha paralizado al club, se escudó en que había «cientos de denuncias» de socios indignados porque se había falsificado su voto. Desde el propio Real Madrid se admite en privado que apenas quedan cinco denuncias.
La intención de Calderón era que el proceso quedara aparcado en este juzgado durante años. De hecho, parte del sumario sigue siendo secreto y las cajas con los votos pendientes de su recuento están bajo la custodia del 25. Sin embargo, Aparicio, quizás comprobando la escasez de denuncias, decidió acelerar el proceso en su juzgado sin esperar a lo que pueda dar de sí la demanda penal.
