LEVANTE 2
SEVILLA 4
CIUDAD DE VALENCIA. 20.000 ESPECTADORES.
Molina
Harte
Serrano
Dehu
Manolo
Tomassi
Camacho
Ettien
Robert
Kapo
Riga
Cambios: Reggi por Robert (min.59)
Nino por Ettien (min. 59)
Palop
Alves
Dragutinovic
Javi Navarro
Puerta
Alfaro
Maresca
Martí
Adriano
Kanouté
Kerzhakov
Cambios: Escudé por Adriano (min. 60)
Renato por Kanouté (min. 84) s.c.
Arbitro: Pino Zamorano
Tarjetas amarillas: Tomassi, Reggi, Alves, Martí y Serrano
Tarjetas rojas: No hubo.
Goles: 0-1: Kanouté (min. 35). 0-2: Kerzhakov (min. 56). 0-3: Tomassi, en propia puerta (min. 61). 1-3: Dehu (min. 69). 2-3: Reggi (min. 73). 2-4: Alfaro (min. 76).
VALENCIA.- El Sevilla le sacó los colores a un Levante patético que empieza a ofrecer síntomas de equipo desquiciado y absolutamente perdido. Ayer luchó y lo intentó por todos los medios, virtud que nunca se le puede negar, pero sucumbió ante un rival netamente superior que supo ganar con el mínimo desgaste.
Arriesgó en exceso Abel con una defensa muy adelantada ante un equipo con talento, y lo acabó pagando. De los cuatro goles andaluces, tres llegaron por transiciones rápidas tras pérdidas de balón. Mucho tendrá que trabajar el entrenador toledano esa faceta si pretende hacer algo decente. Hasta el momento, roza el suicidio.
Como viene siendo habitual en sus partidos como local, el Levante asumió la iniciativa, aunque no se llegó a concretar en llegadas al área rival. Intentaba sacar el balón controlado desde la defensa, para elaborar juego y buscar alternativas en ataque, pero sus llegadas a la meta de Palop eran contadas. Robert, titular ayer, caía en exceso hacia el centro, dejando huérfana la banda izquierda. Kapo se movía bien entre líneas, pero cada vez que recibía se encontraba rodeado por una nube de defensas, mientras que Ettien apenas entraba en contacto con el balón.
Se repetía la misma historia de los encuentros precedentes. Un equipo arriesgando e intentando asumir la iniciativa y el otro aguantando y esperando un error del rival para matar a la contra. Lo que ocurre es que el Sevilla, a diferencia del Athletic la semana anterior, tiene dinamita de tres cuartos para arriba, por mucho que actuaran varios reservas.
Avisaron los andaluces con una internada del descarado Alfaro, que ganaba constantemente la espalda de Harte y servía balones de peligro a Kanouté y Kerzhakov.
Cada robo de balón visitante en la medular representaba un peligro evidente para la portería del Levante, que lo seguía intentando sin mordiente en ataque. Aunque a punto estuvo de adelantarse con un extraño disparo de Kapo al que no llegó Ettien. No volvería a crear más peligro en toda la primera parte. Pasada la media, el Sevilla se inventó una contra rapidísima: Kerzhakov-Adriano-Kanouté-gol.
El Levante no se arrugó y siguió intentándolo, eso sí, con muy poco. El choque se convirtió en un partido de ida y vuelta, con poco juego elaborado y muchas llegadas a una y otra área a través de desplazamientos largos. El toque de calidad en medio de un partido excesivamente físico lo puso el joven Alfaro -el mejor del partido-, que tras romper por enésima vez a Harte, ganó la línea de fondo para que Kerzhakov firmara el 0-2.
Sin tiempo para recomponerse, el Levante recibió lo que parecía el estoque definitivo. De nuevo Alfaro penetró en el área del Levante, y en su intento de ceder a Maresca, Tomassi despejó el balón, aunque con el infortunio de hacerlo hacia su propia portería. No se sabe si dio aún más pena el gol del Levante, como ese golpe blando del púgil herido, mientras su poderoso contrincante le abraza para que se detenga y no siga sufriendo sobre la lona. Pero no se rindió y nadie lanzó la toalla desde la esquina. Reggi marcó el 2-3, con 15 minutos por delante. Emoción por fin...
Tanto se puso a pensar el Levante en la remontada que se olvidó de defender, así que el Sevilla se encargó de disipar el sueño. Fue un minuto después. En el último tramo de la cita, los nervios y los errores impidieron el juego fluido de alguno de los dos. El Levante porque no pudo; el Sevilla porque, seguramente, no le dio la gana. Su Liga ya se estaba jugando en otro sitio lejano.