ESPAÑA 28
CROACIA 29
Hombrados
R. García (6)
Garralda (-)
R. Entrerríos (2)
Romero (6, 1p)
Juanín (6, 2p)
Garabaya (2)
J. Pérez (-)
Lozano (2)
V. Tomás (4p)
Alilovic
Dzomba (6, 1p)
Metlicic (3)
Valcic (-)
Vukovic (3)
Kaleb (-)
Balic (5)
Jerkoviv (ps)
Sulic (-)
Duvnjak (1)
Vori (7)
Zrnic (-)
Lackovic (2)
Vukic (2)
Arbitros: Lemme y Ullrich (Alemania)
SAP ARENA. 12.500 ESPECTADORES.
Exclusiones: Mateo Garralda, Dzomba, Vukic y Sulic.
Marcador cada cinco minutos: 3-2, 5-4, 10-6, 11-9, 14-11, 16-11 (descanso), 17-13, 18-16, 20-20, 23-23, 26-26 y 28-29.
MANNHEIM.- España perdió y se encontrará de lleno mañana con la temible anfitriona en cuartos de final. El Arena de Colonia y sus 20.000 espectadores esperan con la garganta afilada a la vigente campeona. Chocar de frente con los dueños del tablero es el castigo a pagar por caer ante Croacia y por el desenfreno de resultados ajenos. Un duelo traidor, porque la victoria se premiaba con otra trampa. Si se hubiera ganado ayer, ahora estaría esperando Francia en el camino hacia el podio. Una roca afilada. Azares de la competición.
La selección plantó cara con un equipo de suplentes, rozó la victoria y se sentó a esperar. La batidora del otro grupo le deparó un rival peligroso, en progreso técnico y envalentonado por su público. Y los ganadores del duelo, los orgullosos croatas, se cruzarán con Francia, el enemigo indeseado. El devenir de la competición dirá quién es el beneficiado, aunque en la delegación española nadie quería medirse con los franceses sin medallas de por medio. ¿Mejor Alemania que Francia? Pastor intentó disimular, pero su discurso desveló que, a pesar de todo, prefiere a los germanos. «Francia tiene muchos recursos», cree, aunque jugarse el futuro contra la anfitriona obliga a ponderar factores ingobernables y decisivos, como el arbitraje o la presión ambiental.
Antes de mirar hacia los cuartos, el encuentro entre la vigente campeona olímpica y el oro mundial provocó 60 minutos de balonmano intenso, entretenido. Hubo contragolpes, alley hoops NBA y lanzamientos espectaculares. Ambos conjuntos se metieron en la refriega sin especular, aunque las defensas eran más cándidas que cuando la navaja asoma en forma de eliminación. Fue un amistoso de ida y vuelta, a pesar del carácter ganador de los balcánicos, que comenzaron desahogados hasta que se lanzaron sin miramientos a por el triunfo en el tramo final. Ayudaron los 3.000 croatas que jaleaban en las gradas, a los que la derrota les repele. «Cro-a-tia». El grito enciende a cualquiera, más a los arlequinados, tan ídolos en su país como los futbolistas. Al frente de la banda apareció Ivano Balic, un base de baloncesto que pasó al balonmano por falta de centímetros. Se le considera el mejor del mundo. Los rivales le miran con respeto. Ayer apenas jugó 25 minutos, y le dio tiempo a marcar cinco goles y dos asistencias. Apareció en el arranque para dar categoría al compromiso, y sólo volvió tras el descanso, cuando empujó a los suyos hacia la cómoda posición española, siempre con tres o cuatro goles de ventaja (17-12, min. 31).
Juan Carlos Pastor dejó en la grada a Rolando Uríos y Alberto Entrerríos, dos de sus mejores hombres de pista en todo el campeonato. El mensaje era claro. «Quería ahorrar fuerzas y dar minutos a jugadores que necesitaban enchufarse al torneo», explicaba el seleccionador al final del partido. Le observaba de cerca su mujer, sujetando una pintura que la organización de Mannheim le regaló como recuerdo del paso por la ciudad. El entrenador quería muchos focos para la clase media de la convocatoria.
El contrario era el mejor para la motivación de los jugadores. La selección se vio sin Uríos en la pista, faro del ataque titular, y con Garabaya flotando en el pivote. Momento para que los extremos, Juanín y García Parrondo, se hicieran notar y que el lanzamiento exterior subiera de nivel. Mateo Garralda y Demetrio Lozano no aprovecharon la oportunidad, sobre todo el segundo. El lateral del Portland está firmando una gran temporada en el conjunto navarro, pero sigue sin encontrar galones en el dibujo de Pastor. Firmó sólo dos goles en nueve intentos.
A Croacia le brotó el colmillo en la segunda parte. Su portero, Alilovic, dijo basta y Vori empezó a martillear desde el pivote. No se puso por delante hasta el minuto 51 y sus aficionados la obligaron a ganar. Víctor Tomás, impecable en los siete metros (4/4), no bastó ante un bloque con más ambición.
Sí creció Iker Romero. «Necesitaba un partido así, donde él se encontrara a gusto y con responsabilidad», según el seleccionador. El azulgrana se alternó en la dirección con Raúl Entrerríos, sin tibiezas a la hora de buscar la portería contraria. Rompió duro o asistió con sutileza a sus compañeros. Siguió errando siete metros y alguna acción clara, pero las sensaciones de liderazgo y determinación mejoraron. Su descaro resultará fundamental mañana en Colonia, tiempo de valientes.