JUAN DE DIOS ROMAN
El acceso a los cuartos de final fue, de una parte, un ejercicio de sufrimiento como corresponde al hecho deportivo en su aspecto agonístico; de otra, las especulaciones que se suscitaban en función de los resultados. Finalmente, las previsiones se cumplieron de alguna manera en una competición de liga marcada por tres resultados sorprendentes: la derrota de Francia con Islandia, la de Alemania con Polonia y, por último, la de España con Dinamarca. En las dos últimas los vencedores ganaron tres puntos al valer el average particular en el caso, como así fue, de empate a puntos.
Con la mirada puesta en los citados cuartos, el seleccionador optó por manejar el factor físico no utilizando a Uríos y Entrerríos en el choque con Croacia. Éstos, sin alardes ni especial motivación, tuvieron que sacar sus inagotables recursos para superarnos en los minutos finales de manera apretada. Sólo un equipo como Croacia puede jugar regular y en unos minutos ganar el partido. El resultado ideal hubiera sido un empate para mejorar el cuadro siguiente ya que a la postre ser primero tercero no cambia la situación en especial.
Rusia se cuela en el último segundo con un Koscharov decisivo desde el extremo izquierdo. Jugador de talento a punto del adiós, estrella en Celje (Eslovenia) y dejándose el alma como gran profesional. No podía ser de otra manera en un partido en el que Rusia sufrió lo indecible: los rusos, de milagro en cuartos ¡quién lo diría! Los húngaros no manejaron bien los recursos físicos en la segunda fase acusando los finales de partido. El cubano nacionalizado, Ivo Díaz, ha sido su jugador clave pero insuficiente con tanto desgaste. Dinamarca, vencedora de una honesta Chequia, hizo valer al máximo su victoria contra España y acabó segunda de grupo con Islandia como rival.
Los resultados citados han provocado un verdadero terremoto en el mundo del balonmano para esta fase final; baste decir que los últimos campeones de todos los títulos en el ciclo olímpico que vivimos se encuentran entre sí en la eliminatoria de cuartos. España, actual campeón del mundo, Croacia, con el título olímpico en sus vitrinas, y Alemania y Francia con los europeos de 2004 y 2006, lucharán entre ellos abriendo paso dos de ellos a otros aspirantes al pódium. En ese sentido sin duda estos resultados ya conforman una sorpresa en la final, si bien siempre quedará la duda de qué hubiera pasado con otros cruces.
Polonia tiene la ocasión delante de sus narices: ¿La dejará pasar por inexperiencia? Difícil respuesta pero lo que es evidente es que el potencial de su primera línea, bien engrasada entre el juego creativo y el potencial de lanzamiento a distancia que atesora, le concede ricos dividendos. La experiencia de participar la mayoría de sus jugadores en la Bundesliga les ha forjado en la dureza de la competición de alto nivel facilitando la progresión a los jugadores emigrantes. Lijewski, excelente zurdo, Tkaczyk, dinámico y eléctrico en su juego, y el portentoso cañonero Bielecki afronta su reto más complicado y de mayor valor. Rusia su primer rival y a la espera del duelo nórdico entre Islandia y Dinamarca.
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