El director de la oficina de Seguridad en Vuelo de Barajas, Angel Pazos, encargado de inspeccionar los aviones de Air Madrid, optó el pasado mes de octubre por no acudir a la convocatoria pública de la Dirección General de Aviación Civil para renovar su cargo como máximo responsable de la supervisión y control de la seguridad de aeronaves en el aeropuerto de la capital.
Así se refleja en la orden ministerial aprobada por el Ministerio de Fomento de 30 de octubre (publicada en el Boletín Oficial del Estado de noviembre), y en la que consta que el Ministerio «declara desierto ese puesto» a petición de la propia Dirección General de Aviación Civil.
Fuentes de este organismo sostienen que el máximo responsable de este organismo, Manuel Bautista, apostó por dejar vacante esa delegación para apartar a Pazos de sus funciones. El directivo de Aviación Civil, según las citadas fuentes, sospechaba que el funcionario estaba cometiendo irregularidades en el ejercicio de sus funciones.
El MUNDO ha intentado contactar con el Ministerio de Fomento para que explique la situación actual de la delegación de Barajas, sin éxito alguno.
Pazos, funcionario histórico en los máximos órganos de dirección de la autoridad aeronáutica española, se encuentra bajo sospecha por presuntos tratos de favor hacia Air Madrid. Precisamente, el inspector solicitó una baja por enfermedad a mediados del mes de julio, coincidiendo con el cúmulo de retrasos acumulados por la aerolínea de José Luis Carrillo y con el endurecimiento de las inspecciones de la compañía. Después de la baja, Pazos solicitó el pasado 15 de enero una excedencia de su puesto de trabajo al organismo dirigido por Manuel Bautista. Un mes antes, la aerolínea cerró sus operaciones ante la amenaza del Departamento dirigido por Magdalena Alvarez de retirarle la licencia por sus reiterados incumplimientos en el plan de mantenimiento de su flota. El 16 de diciembre, Manuel Bautista firmó la suspensión de la autorización de vuelo a Air Madrid.
Las vinculaciones entre Pazos y José Luis Carrillo, el dueño de la compañía, son evidentes. Según ha publicado EL MUNDO, el inspector de Fomento lideró las negociaciones con el Gobierno nicaragüense haciéndose pasar por directivo de Air Madrid. El objeto de los contactos era la apertura de una ruta directa entre Madrid y Managua operada por la empresa de Carrillo. Es más: llegó a anunciar ante la prensa local que la compañía aérea tenía previsto invertir hasta 12 millones de dólares en instalaciones para el mantenimiento de aviones y crearía 600 puestos de trabajo.
A mediados del mes de enero, El MUNDO descubrió a Pazos alojado en el hotel más emblemático de la capital nicaragüense: el Camino Real. Se da la circunstancia que ese establecimiento es propiedad de Optursa, la firma con la que Carrillo realiza sus inversiones en el sector hotelero.
La autoridad aeronáutica puso en marcha la convocatoria para renovar, por el sistema de libre designación, las direcciones de las ocho delegaciones de seguridad en vuelo bajo las que se estructura el mapa aeroportuario español(Madrid, Sevilla, Valencia, Barcelona, Bilbao, Madrid- Cuatro Vientos, Mallorca y Gran Canaria). Se da la circunstancia que ese puesto ha sido cubierto en todas las oficinas, excepto en la gobernada por Angel Pazos. Además, los responsables de cada una de las delegaciones son los mismos funcionarios que, de forma previa al concurso, ocupaban esa jefatura.
Fuentes de Aviación Civil explican que el Ministerio de Fomento publicó la convocatoria con el fin de elevar la categoría a los inspectores, que han pasado del nivel 26 al 28 en la escala que se maneja para el personal de la Administración. Aseguran, además, que el concurso era un mero trámite para mejorar las condiciones laborales de los inspectores.
Por su parte, en el sector de la aviación comercial consideran inexplicable que el puesto haya quedado desierto y que el inspector no haya acudido a la convocatoria. De hecho, el cargo es uno de los que gozan de mayor peso e influencia en la compleja estructura de la Dirección General de Aviación Civil. Angel Pazos, cuyo superior es el subdirector general de Control de Transporte Aéreo, Luis Rodríguez, ha desempeñado esa responsabilidad durante más de 20 años.