M. GOMEZ
MADRID.-
La picarescas de algunas inmobiliarias para sacar al mercado sus promociones al precio más alto llega a niveles insospechados. Tanto es así que Renfe se ha visto obligada a emprender acciones legales contra ciertas promotoras que utilizan su imagen y sus servicios como gancho comercial para atraer a compradores de sus viviendas. Estas empresas se valen de la presunta llegada del tren de Alta Velocidad al punto en el que está ubicado el desarrollo urbanístico para atrapar a sus clientes y, además, pedir precios desorbitados por la propiedad.
Uno de estos ejemplos es el de la Urbanización Villas de Albahonda en Salamanca. En su publicidad, la promotora acompaña el plano de los fabulosos chalets que comercializa con los logotipos de Renfe y del AVE e indica que el tramo de alta velocidad entre Madrid y Salamanca estará finalizado en el año 2010.
Pero lo cierto es que el Ministerio de Fomento no tiene proyectado entre sus planes ferroviarios a más corto plazo una nueva línea que conecte la ciudad castellano-leonesa con la capital. Es más: Salamanca ha quedado excluida de la conexión ferroviaria entre España y Portugal y que en la actualidad negocian los Gobiernos de ambos países.
La promotora de la urbanización Villas de Albahonda, según ha podido saber El MUNDO, pide nada más y nada menos que 539.000 euros por los 250 metros cuadrados de superficie de cada una de las 28 viviendas individuales de los que consta la promoción. Eso sí: por esos euros el propietario tiene derecho al disfrute de una piscina y un solárium en su propia parcela.
Cierto es que la llegada de los servicios de los trenes AVE a poblaciones próximas a la capital (Toledo, Guadalajara y próximamente a Valladolid o Segovia) han disparado los precios del mercado inmobiliario. Según los expertos del sector, el valor de las viviendas en esos núcleos de población se han duplicado en un tiempo récord de dos años.
Para evitar que empresas u organizaciones puedan emplear si el permiso correspondiente la marca de Renfe, la compañía ha tenido que crear un dispositivo interno para detectar la utilización de imágenes, fotografías, logotipos, etc. como reclamo de posibles o futuros servicios ferroviarios. «Esta táctica publicitaria se utiliza para beneficiar y dar mayor valor a lo anunciado, como actuaciones urbanísticas que usen como reclamos futuros o actuales servicios comerciales de Renfe, publicidad de enclaves turísticos, servicios de compraventa de parcelas o viviendas e incluso la utilización de la marca Renfe en juguetes y objetos de decoración, entre otros», explica la empresa pública presidida por José Salgueiro.
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