Lunes, 29 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6252.
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Zapatero afirma que el PP «cada día se aleja más del centro»
El presidente del Gobierno rehúye la confrontación con el PP por el terrorismo en su primer mitin tras el atentado de Barajas
XAVIER BORRAS. Enviado especial

ALBACETE.- En su primer mitin tras el atentado de Barajas, celebrado ayer en Albacete, el presidente del Gobierno se esforzó por trasladar la imagen de un Ejecutivo ocupado en sus reformas sociales, dispuesto a agotar la legislatura. Y de paso, José Luis Rodríguez Zapatero puso en duda el liderazgo de Rajoy en el PP, ironizó sobre su anunciado «programa centrista y de concordia» y le acusó de estar «cada día más lejos del centro político».

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José Luis Rodríguez Zapatero trató ayer de cambiar el tercio en el escenario público para alejarlo de la bronca por la política antiterrorista y situar los focos sobre la manera de hacer oposición del PP.

Esa promesa de «centrismo» expresada anteayer por Rajoy fue utilizada por Zapatero para atacar a su antagonista. Según el presidente, «el primer capítulo» de ese «programa de concordia» se percibió en el tono empleado por el líder del PP en el debate del Congreso tras las bombas del 30-D.

«No me extraña que estén todo el día diciendo que van a buscar una política de centro porque cada día se alejan más de eso que llaman el centro, con sus actitudes y con su forma de hacer política», señaló.

Esa referencia crítica a la falta de apoyo del PP en la lucha contra ETA fue casi la única que realizó el inquilino de La Moncloa sobre el terrorismo. Voluntariamente, según expresó, ayer decidió no responder a Aznar y a Rajoy.

«Voy a seguir, porque es mi deber, mi principal afán, trabajando por el fin de la violencia, y lo voy a hacer en paz, no voy a confrontar [ideas] ni con Aznar ni con Rajoy», proclamó. «Prefiero volcar todas mis energías en alcanzar la paz porque es lo que merece la democracia», apostilló el presidente.

A partir de ahí, su discurso buscó despejar dudas sobre un posible adelanto de las elecciones y hacer mofa de las intenciones de Rajoy, citando casi siempre a Aznar para dar imagen de bicefalia en el PP.

«Vamos a hacer el esfuerzo para llegar a la última página del programa electoral», señaló. También aquí cargó contra los populares y su estrategia de confrontación: «La derecha y quienes les apoyan han venido diciendo casi desde que yo gané las elecciones que la legislatura está agotada y yo digo que lo que está agotado es la oposición, de tanto insultar, de tanto crispar y de tanto fracaso».

El jefe del Gobierno echó mano de los sondeos para afirmar que una mayoría social prefiere que se agote el mandato. Y así lo hacen, dijo, «porque saben que ésta es la legislatura de los ciudadanos, de la igualdad de hombres y mujeres, de quienes no se valen por sí mismos, de los pensionistas, de quienes tienen beca, de tres millones de personas que van a encontrar empleo, y de la protección de las mujeres».

Frente a esa política reformista, Zapatero situó a un PP «agotado» y sin fuelle para desplegar sus propuestas. La víspera, Rajoy se había comprometido a volcarse en un programa liberal. A juicio del presidente, «lo que más agota en democracia es descalificar, crispar y no presentar ni una sola idea, ni proyecto a este pueblo que quiere futuro, entendimiento, respeto y educación».

Las palabras del orador tenían eco entre el público, que lo jaleaba, y esto fue aprovechado por Zapatero para reivindicar a quienes «tienen ganas de hablar» y atizar de nuevo a la derecha, «que ha puesto el listón muy alto, con un tono que siempre es el mismo y que no interesa a la gente».

Según Zapatero, los gobernantes «debemos dar ejemplo, como siempre desde la transición democrática, de comportamiento responsable». En su opinión, el PSOE «siempre ha puesto el interés general y el interés de España por encima del interés partidista».

Enfrente situó a un Rajoy «al que se le nota demasiado la ansiedad» para llegar «en plena forma» a la cita con las urnas en los comicios de 2008. Zapatero expuso ante cerca de 3.000 simpatizantes reunidos en el pabellón de la Feria albaceteño que su objetivo para 2008 es conseguir el aval para «un nuevo tiempo de progreso», demostrando que deja como herencia «un país mejor, pero también otra forma de hacer política, y otro talante».

Zapatero se mostró orgulloso de sus más llamativas decisiones. Alardeó de la primera que adoptó en La Moncloa, retirar las tropas de Irak. Y subrayó la última, un plan de cooperación internacional con 4.000 millones de euros de presupuesto para combatir la pobreza en el mundo.

«Queremos estar lejos de quienes promueven guerras ilegales y más cerca de quien necesita educación, salud y salir de la miseria», sentenció. A su juicio, los españoles «quieren que se les conozca en el mundo como un país solidario, de justicia y de paz».

Como responsable máximo del Ejecutivo, Zapatero dijo estar satisfecho de que en España, tras la aprobación de la Ley de Dependencia, «uno puede decir a su país que no habrá un solo ciudadano abandonado a su suerte si no puede valerse por sí mismo».

Ese tipo de convicciones, señaló el líder socialista, «nos hacen a todos más dignos, más solidarios, más justos, pero también más libres». Zapatero anunció ayer que en el segundo Consejo de Ministros de febrero se aprobará una nueva aportación al fondo de garantía de la Seguridad Social por 4.000 millones de euros, con lo que la «hucha» del Estado tendrá 40.000 millones.

El éxito de la política económica del Gobierno y su impacto sobre la política social fue celebrado ampliamente por el presidente. «Mientras otros países en el mundo desarrollado tienen que hacer recortes sociales, nosotros podemos avanzar y hacer crecer las políticas sociales». Citó de nuevo como «hito histórico» la Ley de Dependencia y el hecho de construir bajo su mandato el «cuarto pilar» del Estado del Bienestar tras la garantía de una educación, una sanidad y unas pensiones garantizadas. Y sostuvo que «nadie se atreverá a dar marcha atrás en eso».

El jefe del Gobierno alardeó de no haber realizado campañas propagandísticas después de que se haya alcanzado la cifra de 20 millones de ocupados en España. «¿Os imagináis qué habría hecho, dicho y organizado la derecha, los que hablaban del 'milagro'?», proclamó. «Nadie hace milagros como dijo el anterior presidente, que dijo que el milagro era él. El milagro son los trabajadores y los empresarios con su esfuerzo», dijo.

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