Pese a que el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba se ha reunido en un par de ocasiones con el portavoz popular, Eduardo Zaplana, en el Congreso, la cúpula del PP entiende que el responsable socialista no ha entrado en materia y «no se ha avanzado nada».

Los populares, según las fuentes consultadas, están persuadidos de que la reunión del Pacto es, de momento, apenas una eventualidad, ligada sólo a dos elementos: la propia promesa del jefe del Ejecutivo durante el reciente debate sobre ETA tras el atentado de Barajas y la estrategia política emprendida por el PSOE de simular, según el PP, una oferta de diálogo permanente. Se da, pues, según las mismas fuentes, «un problema de voluntad política por parte de los mismos que aseguran querer dicha reunión».

La polémica desatada entre los dos partidos en torno a la ya frustrada excarcelación del etarra De Juana Chaos no ha hecho en los últimos días sino acrecentar en el PP la convicción de que, en realidad, lo que el PSOE está haciendo, por orden de Zapatero, es extender una «cortina de humo».

Para el PP, el humo son las grandes palabras -la unidad, el diálogo, la paz, y las aproximaciones a los demás partidos-, y lo que esconde la cortina, es la decisión del Gobierno de no variar la política antiterrorista emprendida con anterioridad al atentado de diciembre.

La única oportunidad que los populares han tenido de escuchar por boca del Gobierno su intención de celebrar la prometida reunión se produjo el pasado lunes. No hubo intercambio de papeles, tal como aboga el PP, sino una mera toma de contacto entre Zaplana y Rubalcaba. Ese día, ambos se comprometieron a fijar una próxima cita con el objeto de crear una comisión previa y preparatoria de los trabajos de la propia Comisión de Seguimiento del Pacto. Gobierno y oposición parecieron de acuerdo en dotar de contenido la agenda de la reunión.

Sin embargo, todavía no hay fecha prefijada para ello. Si bien Rubalcaba y Zaplana podrían abordar el asunto mañana, la reunión prevista en el Congreso no tiene relación con el Pacto Antiterrorista sino con la ronda de portavoces también prometida por el Gobierno -con una cadencia de 15 días- en la referida sesión parlamentaria.

Se trata, según las fuentes más próximas a la dirección del PP, de una reunión de «rutina» con la que el Ejecutivo no pretende mucho más allá que ganar tiempo y llevar la iniciativa política en un asunto que Rodríguez Zapatero había convertido en el centro de la legislatura antes del revés que supuso el cruento atentado de ETA en diciembre.

Cuando se les pregunta a los populares sobre sus expectativas en torno a la reunión del Pacto, se limitan a exclamar: «¡Ojalá!». Pero a continuación, desde lo más alto, se añade: «no sé si acabarán por convocarlo, porque nosotros no nos vamos a conformar con la foto, y va a quedar en evidencia que su política no es, como cuando el Pacto estaba vigente, derrotar a ETA».

Exigir contenidos, presentar propuestas -las mismas que ya ha registrado en el Congreso para su debate en Pleno-, reclamar intercambio de papeles e iniciativas, acordar delegados para la elaboración de la agenda... pero a la vez, no presionar más de la cuenta al Gobierno: Ésa es la estrategia del PP, empeñado, más que en la reunión del Pacto que tantos años vienen reclamando, en que el Gobierno «se retrate» con una política contra ETA.