X.B.
ALBACETE.-
«Podéis estar tranquilos con lo del vino». Con tan somera sentencia, José Luis Rodríguez Zapatero trató ayer de apaciguar a sus huestes en las tierras manchegas, dando a entender que el vino no se equiparará a las bebidas alcohólicas de alta graduación en la ley que prepara el Ministerio de Sanidad sobre consumo y publicidad de este tipo de bebidas.
Los socialistas manchegos, encabezados por el presidente de la Junta, José María Barreda, van a presentar una durísima batalla política contra esa reforma. Y probablemente no serán los únicos en hacerlo.
El propio José María Barreda centró ayer su intervención en el mitin en el agua y en el vino. Con mucha gracia, el sucesor de José Bono -ausente ayer en el acto- expresó la importancia que el líquido incoloro y el extraído de la uva tienen para su tierra. «Ni más ni menos que el agua se bendice y el vino se consagra», expuso.
Después, recordó que su región tiene plantadas 600.000 hectáreas de viña y que su cultivo y transformación suponen nueve millones de jornales anuales.
Barreda formuló un ruego directo a José Luis Rodríguez Zapatero: «Presidente, no metamos al vino en el mismo saco de las bebidas alcohólicas destiladas de alta graduación».
Según dijo, el vino, además de su importancia económica, «es parte inseparable de una sana dieta mediterránea», siempre -añadió también- que se consuma con moderación.
Respecto al agua, el presidente manchego recordó que hoy las Cortes de su región aprobarán, con apoyo de todos los grupos -incluido el PP- la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía que se elevará al Congreso de los Diputados. En ella se incluye el final del trasvase Tajo-Segura en 2015, algo que ha levantado en armas a la Comunidad Valenciana, sobre todo a Alicante.
Fue significativo que Zapatero evitara mojarse en este asunto y no aclaró si forzará su modificación durante el trámite en las Cortes.
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