El temporal provocó ayer al mediodía que el buque frigorífico Sierra Nava encallara en la Bahía de Algeciras, concretamente en la zona de Punta San García, provocando un vertido de combustible al mar que, según Greenpeace, ha afectado a cuatro kilómetros de la costa algecireña, principalmente a las playas de Getares y del Chinarral.
El barco estaba fondeado desde el 7 de enero en la Bahía de Algeciras sin carga en su interior y, debido al fuerte viento, quedó encallado y se le abrió una vía por la que empezó a derramar el combustible que contenía, según denunciaron los ecologistas de Verdemar.
El buque estaba provisto de 350 toneladas de combustible ligero, repartidas en cuatro compartimentos, aunque el incidente sólo habría afectado a uno de ellos.
El navío tiene bandera panameña, y sus dimensiones son 180,81 metros de eslora, 16,4 de manga, 6,5 metros de calado y 4.660 toneladas de registro bruto. Fue construido en 1991 en Hong Kong, y adquirido en 2001 por la naviera Marítima del Norte.
Durante los incidentes que provocaron su embarrancamiento, se produjo un conato de incendio en la sala de máquinas que fue sofocado «sin ningún tipo de problema» por la tripulación, conformada por 14 personas de nacionalidad española, hondureña y panameña que pudieron ser rescatadas y llevadas a tierra «sin daños» por el buque de salvamento Limer Andalucía.
El Ministerio de Fomento movilizó a los remolcadores de puerto Algeciras y Andalucía para ponerse a trabajar en el rescate del buque frigorífico. Por su parte, los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Algeciras anunciaban la apertura de un expediente para solicitar hoy mismo al Juzgado de lo Mercantil de Cádiz la inmovilización del barco «hasta que sus responsables no abonen una fianza».
El alcalde de Algeciras, el socialista Tomás Herrera, ha convocado además para esta mañana a los portavoces de la oposición municipal para informarles sobre los detalles del incidente. Entre otros aspectos, les comentará que ha solicitado a la Junta de Andalucía que sea la empresa pública Egmasa la que se encargue de la limpieza de la zona afectada.
Pese a la reacción inmediata, las críticas empezaron a lloverle ayer a la Administración. Así, el portavoz de Verdemar-Ecologistas en Acción de Cádiz, Antonio Muñoz, denunciaba que el buque encallado era un «peligro potencial» en el lugar en que se encontraba y que el accidente «podría haberse evitado, ya que con el temporal que se avecinaba debería haber sido trasladado a un muelle de abrigo».
Muñoz recordó que «no es la primera vez que ocurre», ya que en 2003 el buque Vemamagna quedó también a la deriva en el mismo lugar. «No es aceptable que exista un fondeadero en un parque natural», subrayó, antes de recordar que «alrededor de cinco millones de toneladas de fuel marino transitan en la zona al cabo del año».