Lunes, 29 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6252.
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Zaragoza en llamas
47 aspirantes logran que una juez ordene repetir la oposición que les apartó del cuerpo de Bomberos pese a la resistencia de los 31 aprobados y del alcalde Belloch
RAFAEL J. ALVAREZ

MADRID. - Quizá si hubieran sabido que aquel circuito de obstáculos y maniobras había que hacerlo al volante del camión en 2,34 minutos, los aspirantes a bombero se habrían dado más prisa que habilidad. Y quizá si hubieran sabido que la nota de esa última prueba sería la única que el tribunal iba a tener en cuenta no habrían estudiado tanto para la primera, que era la clave, según juraba el reglamento.

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Hacía un frío muy aragonés el 21 de diciembre de 2005, el día que empezó un invierno que ha durado un año en llamas, 13 meses de movilizaciones, denuncias, informes, recursos, nervios y hasta alguna que otra acampada. Ahora, una sentencia judicial ordena volver a hacer la prueba del camión, repetir aquella mañana, vivir el día de la marmota pero a lo maño.

El Ayuntamiento sacaba a oposicion 31 plazas de bombero. Los aspirantes debían superar cuatro ejercicios: el primero era un test teórico; el segundo, unas pruebas físicas; el tercero, una demostración de habilidad con un soplete, y el cuarto, el manejo de un camión. Sólo el primer ejercicio se calificaba con nota. Los otros tres se sentenciaban con un sello de apto o no apto. Y las bases decían que superarían la oposición los aptos de los tres ejercicios que hubieran sacado mejor nota en el primer examen.

Se presentaron 1.600 aspirantes, pero sólo llegaron al camión 80. Hicieron la prueba, pero ninguno supo el tiempo máximo del que disponía para realizarla. El tribunal examinador tomó el registro del aspirante número 31 (2 minutos y 34 segundos, justo el número de plazas de la convocatoria) y lo fijó como tiempo máximo para hacer la prueba. Y dio por aprobados en la oposición a los 31 más rápidos de la cuarta prueba.

Entonces, 47 de los 49 restantes, algunos de los cuales tenían mejores notas que algunos de los 31 que se acababan de convertir en bomberos, empezaron este incendio de justicias que viene a reavivar la sentencia que el 21 de diciembre de 2006 dictó el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 4 de Zaragoza: «Declarar el derecho de los recurrentes [los 47] a ser convocados nuevamente para la repetición de la cuarta prueba (...) Ordenar a la Administración que proceda a la calificación de los opositores, los que repitiendo la prueba sean declarados aptos y los que lo fueron en su inicio, y a su propuesta como funcionarios únicamente en aquel número que coincida con el número de plazas ofrecidas». O sea, 78 aptos para 31 plazas. O sea, lío.

La sentencia de la juez Concepción Gimeno Gracia cuenta que a los opositores no se les informó del tiempo que necesitaban para ser aptos, que el tribunal examinador no podía dar por aprobados en la oposición a los mejores de la prueba de conducción y que sólo podía fijar el tiempo. «El Tribunal desoyó las bases de la convocatoria. Eso provocó una indefensión intolerable a un buen número de opositores que debe ser corregida».

La magistrada establece que la no información del tiempo afectó a todos (a los no aptos y a los aptos), por lo que todos realizaron la prueba en igualdad de condiciones. Así que tendrán que pasar otra vez el examen de conducción los no aptos, pero se deberá mantener a los aptos tal cual. Y termina la juez diciendo que el tribunal habrá de calificar la oposición «de conformidad a las puntuaciones del primer ejercicio».

La sentencia hubiera sido el final de esta historia si no fuera porque el alcalde de Zaragoza la ha recurrido. Juan Alberto Belloch está convencido de que el tribunal actuó correctamente y que siguió al pie de la letra las bases de la convocatoria. De hecho, tras haber paralizado durante un par de meses el resultado de la oposición debido a la denuncia de los suspendidos, el alcalde desbloqueó la situación en primavera y permitió el proceso de incorporación de los 31 aspirantes que superaron la prueba del camión. Desde septiembre, son funcionarios del cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza.

Nadie sabe si los otros, los 47 de rojo, se le aparecen a Belloch en las pesadillas. Pero en la realidad, sí. Desde hace un año, los casi bomberos le persiguen por todo acto público que protagonice. El 10 de enero, antes de que el alcalde entrara a inaugurar un centro de la Tercera Edad, Arturo Sanz, portavoz de los bomberos suspendidos aquella lejana mañana de diciembre, pretendió entregarle las 23.000 firmas de apoyo que su colectivo ha recogido en un año. Belloch y Sanz se encarararon entre gestos tensos y venas de cuello pidiendo paso.

«A mí se me puede criticar lo que sea, pero insultar no. Eso no se lo consiento a nadie», dijo después Belloch a los periodistas. «Yo no he insultado a nadie. Simplemente me he acercado a darle las firmas. Es increíble que no nos podamos manifestar», respondió Sanz.

Los 47 dicen que van ganando al alcalde por 3-0. El tercer gol es la sentencia de hace un mes. Los otros dos madrugaron y son de febrero del año pasado.

El primero lo marcó el Justicia de Aragón (equivalente al Defensor del Pueblo) cuando sugirió que el tribunal examinador debería haber dado publicidad a los criterios de evaluación y al tiempo máximo para recorrer aquel circuito y que tendría que haber aprobado únicamente a los que superaron todo el proceso selectivo, no a los aptos de la cuarta prueba.

Los goles

El segundo gol fue en propia puerta. Se lo marcó a Juan Alberto Belloch la Asesoría Jurídica de su mismísimo Ayuntamiento, que apostó por repetir la oposición con un manojo de argumentos: el Ayuntamiento no puede ignorar al Justicia de Aragón; el tribunal no hizo público el tiempo máximo, «elemento esencial para superar o no el ejercicio»; el cuarto ejercicio resultó decisivo; el opositor «no actuará igual si conoce previamente el tiempo que si no lo conoce»...

Con el 2-0, el alcalde pidió una tercera opinión. Encargó un informe al catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Zaragoza, Fernando López Ramón, compañero de campus del presidente del tribunal examinador, Florencio García Madrigal, profesor de Sociología en esa Universidad. García Madrigal, socialista, es sexto teniente de alcalde del Ayuntamiento. López Ramón preside la Fundación Ecología y Desarrollo y es vocal de ExpoAgua, relacionadas con la Expo 2008, el caramelo que Belloch sólo podrá probar como alcalde de Zaragoza si gana las elecciones de este mayo, según el entramado de intereses que denuncian los 47.

Este colectivo dice que el informe de López Ramón sirvió para que Belloch siguiera adelante con la oposición. Pero la juez Concepción Gimeno Gracia ni siquiera lo admitió como prueba en el proceso y frenó lo que el alcalde había echado a andar: 3-0. Un resultado en llamas.


El folleto y el vídeo

Justo enfrente de 'los 47' están 'los 31'. Al otro lado de las acampadas protestonas a los pies del Ayuntamiento de los que no aprobaron la oposición están las de los que ven peligrar su puesto de trabajo.

Estos bomberos aseguran que la prueba de conducción «se ajustó firmemente a las bases de la convocatoria». «Estaban publicadas en el Boletín Oficial de Zaragoza desde el 8 de abril de 2004», dicen.

Además, argumentan que las instrucciones para realizar la prueba de conducción se completaron «con un folleto explicativo y la proyección de un vídeo aclaratorio».

En este sentido, 'los 47' contestan que el vídeo era de una oposición anterior, no coincidía exactamente con el circuito y tenía «censurado» el sonido.

Pero 'los 31' afirman que el folleto y el vídeo «situaron a todos los aspirantes en igualdad de condiciones».

Asimismo, cuentan que, según las bases, el tiempo necesario para superar la prueba debía fijarlo el tribunal.

«Dicho tribunal actuó con la debida corrección, ajustándose estrictamente a los establecido. Avalamos la actuación del tribunal por su imparcialidad y transparencia».

Y sostienen que para obtener la calificación de 'apto' en la oposición, había que superar todas y cada una de las pruebas «independientemente de la calificación obtenida en cada una de ellas».

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