Una lectora se queja del ruido constante que la agobia en sus viajes en Metro: las televisiones de los andenes, los músicos ambulantes, los vendedores de cupones... ¿Estos ruidos son normales en el suburbano o realmente esta ciudad resulta demasiado estruendosa? En el debate de hoy, los lectores dan sus opiniones acerca de este asunto.

Ruidos y gritos me acompañan en el Metro

Cada mañana, cuando voy a trabajar, me sitúo en el andén de la estación de Príncipe Pío a la espera de la llegada del convoy con mi libro en la mano. Como la jornada laboral ocupa casi todo mi tiempo no me queda apenas para leer, e intento aprovechar las tediosas esperas para devorar páginas. Pero es imposible.

Las pantallas de televisión escupen sus noticias machaconamente, a todo volumen, impidiéndome escuchar la información que sale por megafonía y, por supuesto, concentrarme.

En el vagón, cuando consigo encontrar espacio para abrir el libro, siempre aparece algún músico que pretende que le pagues por torturarte a las ocho de la mañana con el sonido atronador de sus altavoces y de sus acordes desafinados.

En Avenida de América, los gritos del vendedor de cupones acompañan mi trayecto en las escaleras mecánicas y, ya en la puerta, los repartidores de periódicos gratuitos me increpan a voces para que me lleve un ejemplar.

«¡Déjenme en paz!», me dan ganas de gritar. Pero sería inútil. Con tanto ruido, seguro que nadie me escucha.

Jacinta Alcántara

En este país pasa eso en todas partes

No hay solución: vives en el pais más asquerosamente ruidoso de Europa (algunos dicen que es Italia, pero yo, por mi experiencia en ese país, discrepo; mueven más las manos, gesticulan, pero no son tan voceros).

El ruido crea estrés, y en este país sólo hay que poner la tele o entrar en un bar para ver a las turbas desgañitándose, a ver quien habla más alto.

I.

El suburbano no es un sitio donde leer

¿Cómo avisarían sin megafonía de las averías de las líneas de Metro? ¿Le molesta que los vendedores de cupones hagan su trabajo en el Metro? En cuanto a los músicos ambulantes.. prefiero no responderle a usted como merece.

No hablaré del nivel de egoísmo de su queja. Pero sí le haré varias propuestas. ¿Por qué no trata de compatibilizar su trabajo con su tiempo libre? ¿Por qué no cambia de trabajo o de jornada laboral?

El Metro es para viajar, no para leer, y si no puede, pues póngase unos auriculares y escuche música.

T.

Es falta de multas... y sobre todo, de educación

¿Has visto alguna vez a funcionarios de la Comunidad o el Ayuntamiento con un sonómetro multando a esas espantosas motos con escape libre, o esos coches tuneados? Yo tampoco.

¿Cómo es posible que se consienta esa barbaridad de ruidazo en las estaciones de Metro? ¿Quién es el responsable? ¿Cómo se puede ser tan salvaje e insensible?

El resto del problema me temo que reside en la educación de ciudadanos y transeúntes. Lo mismo que la gente que lanza escupitajos dondequiera que van, los fumadores que arrojan colillas en cualquier lado, los críos que tiran envoltorios en las aceras sin sonrojarse...

En general en Madrid hay una falta de civismo, un asalvajamiento en las gentes, que sinceramente a veces me deja sobrecogido. No me reconozco en esas turbamultas, sé que son mis semejantes, pero, en fin... Creo que se dejaron algo por el camino; algo que se llama urbanidad, educación, respeto a los demás.

C.D.R.

Esos sonidos son naturales en ese lugar

¿Todo el problema son las pantallas informativas, los musicos y los vendedores de cupones? Pues bien, todo eso constituye el sonido ambiente natural del espacio denominado Metro.

Yo viajo casi diariamente en Metro y leo, leo mucho y bien, y no sufro en absoluto ninguno de los problemas que planteas, y como yo muchísima gente.

P.