Fue un concierto vibrante y enérgico, dirigido por un Cale que paseó con dignidad su condición de sexagenario subido al tren del rock. No necesitó hacer demasiadas florituras en escena, ni tan siquiera concesiones a su repertorio más conocido -sólo tocó dos temas de Velvet Underground y esquivó su disco más aclamado, Paris 1919-; se sirvió del cancionero, estupendo, de sus dos últimos trabajos y picoteó aquí y allá en su larga discografía.

Lo más interesante del concierto -además de escuchar clásicos como Venus in Furs o Femme Fatale, claro- estribó en su planteamiento, que seguramente será similar al de esta semana. Dos horas de rock denso, sucio y desaliñado, con pasajes entregados a la improvisación, creando una atmósfera de tensión y concentración que no se disipó en todo el concierto. Una propuesta de altos vuelos para quien recibió lecciones de experimentadores como John Cage o Lamonte Young y ha producido algunos de los álbumes más representativos de la historia del rock underground (Patti Smith, The Stooges o Nico, entre muchos otros).

Seguidor y admirador de Cale -y de su compinche en la Velvet, Lou Reed-, el concierto del norteamericano Howe Gelb es otro de los platos fuertes de la semana. Con su banda, Giant Sand, puso los cimientos del country alternativo a principios de los 90. Una banda donde la herencia de Reed y Cale era uno de los ingredientes clave. El sábado Gelb actúa en solitario en el Neu! Club (nombre que ese día adopta la sala Galileo Galilei), un recital imprevisible donde el músico da rienda suelta a su imaginación en vivo, sin un orden ni planteamiento previo. Promete.

Los que pensaban que el homenaje a La Movida no se iba a acabar nunca y seguiría entre nosotros por los siglos de los siglos... se equivocaron: concluye esta semana. Y lo hace con la sensación de que revisar La Movida sólo trae reflexiones repetitivas que conducen a lugares comunes demasiadas veces transitados. Salvando algunas y muy concretas manifestaciones individuales, La Movida no sirve de espejo para presentes o futuras generaciones. Al final da la impresión de que lo que tuvo de transgresor lo tuvo también de superficial.

Tres conciertos ponen el punto y final al homenaje en El Sol. Hoy, lunes, Jaime Urrutia, en calidad de ex líder de Gabinete Caligari, uno de los conjuntos nacidos en el meollo de La Movida. Mañana, martes, es el turno de Siniestro Total, que emigraron de Vigo a principios de los 80 para triunfar al calor del hornillo que se había prendido en Madrid. Y qué mejor que terminar con algo tan movidista como Sarassas Music, un espectáculo que une al inconfundible Fabio McNamara y a Villatoro.

Cambiando de tercio, llega la semana grande del XV Festival Flamenco Caja Madrid, con «uno de los carteles más completos de los presentados hasta ahora», según su director, Alejandro Reyes. Del martes al sábado, el Teatro Albéniz acogerá esta muestra de arte jondo, donde se entregará el tradicional premio Calle Alcalá, que ha ido a parar al guitarrista Víctor Monge, Serranito. En el programa destaca la presencia de Miguel Poveda, Carmen Linares, José Mercé y la bailaora Carmen Linares.

Maceo Parker es ya un habitual de los escenarios madrileños. El que fuera saxofonista de James Brown, que en paz descanse, vuelve acompañado, esta vez, por una big band. Contó algunos detalles de su show a M2, en una entrevista que se publicará esta semana.

Cooper, o lo que es lo mismo, el proyecto en solitario de Alejandro Flechazos, hace doblete el próximo fin de semana en El Sol. El leonés presenta nuevo EP, Días de cine.

Y si la semana pasada el hip hop inundó Ciempozuelos, ahora llega a la sala Heineken, donde el jueves actúa uno de los raperos españoles de mayor tirón: Haze. Más rimas, el domingo: poniendo punto final a la semana, el japonés DJ Krush desplegará su flow en el Círculo de Bellas Artes.