Miércoles, 31 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6254.
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El CCCB centra su temporada en las fronteras, el apartheid y la transición
El centro cuenta con un presupuesto de 12 millones de euros, un 16% más que en 2006
ELENA CUESTA

BARCELONA.- Cuenta Josep Ramoneda que el momento actual es de transición y que «vivimos en tensión permanente ante un mundo cambiante». De ahí que el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), que él dirige, tenga este año 2007 un marcado acento transitorio.

En Hammershoi i Dreyer, la exposición que se inauguró el pasado jueves, la transición va de la pintura a la gran pantalla; en Fronteres, se habla de las separaciones políticas y de las personas que las cruzan en un tránsito migratorio; Apartheid es la muestra que viaja por la historia del racismo, una actitud que también tiene sus vaivenes; y En transició se centra en ese período histórico que encaminó al país hacia la democracia.

Estas son algunas de las muestras que Ramoneda destacó ayer en la presentación de la programación del CCCB para este 2007. Una programación que, además de exposiciones, aglutina un sinfín de actividades como festivales, ciclos temáticos, conferencias y debates. Uno de ellos se titula Sentit. Interrogacions sobre l'existència en temps d'hiperconsum y traerá a Barcelona a mediados de febrero a reconocidos sociólogos y filósofos, como Gilles Lipovetsky, autor de Los tiempos hipermodernos, y John Gray, catedrático de Pensamiento Europeo de la London School of Economics.

«Tenemos la sensación de vivir en un pretiempo que no tiene que llevar a nuevas filosofías y a nuevas maneras de entender las ciudades. Por eso la idea de transición preside buena parte de la programación de este año», resumió Ramoneda el hilo conductor de un programa de actividades que se ha hilvanado con 12 millones de euros, «un 16% más que el año pasado». Ramoneda se apresuró a aclarar el motivo del sustancioso incremento: «El aumento se debe a la cantidad que la Generalitat nos ha transferido por la exposición central de la Feria de Frankfurt. Sin esta cantidad, el aumento sería del 6,5%». Habló sólo de cifras, porque Ramoneda no quiso avanzar el contenido de la muestra que enseñará este otoño a los editores de todo el mundo qué es la cultura catalana.

Cuando Hammershoi y Dreyer se vayan con su poesía espacial a otro lugar y abandonen el CCCB, les sustituirán las Fronteres.Con este título, los comisarios Michel Fouchier y Henri Dorion quieren reflexionar sobre las problemáticas ligadas a las separaciones políticas. Las migraciones, los límites, los conflictos fronterizos, el exilio de los refugiados y las consecuencias de la globalización son algunos de los temas que aborda esta exposición, a la que sigue otra que también va a dar que pensar: Apartheid.

Entre el 26 de septiembre y el 13 de enero, esta exposición comisariada por Pep Subirós navega por los orígenes del racismo, por su enraizamiento global a causa de la colonización, por sus garras actuales. Fotografías y obras de arte de los sectores más afectados por el apartheid, además de documentos de museos de antropología sustentando científicamente el racismo, alimentarán esta muestra que, en realidad, no debería haber existido nunca.

En transició, con el comisariado de Manel Risques, Ricard Vinyes y Antoni Marí, es una exposición que pasará de puntillas por los cambios políticos que asentaron la democracia para detenerse en aquellas transformaciones sociales y culturales que han quedado en segundo plano en las repetitivas evocaciones de la época.

Una exposición de fotografías de Médicos Sin Fronteras y la tradicional World Press Photo completa la oferta de exposiciones.


De teatro a auditorio

Además de exposiciones, festivales y debates, el CCCB afronta este año un gran reto: reformar el antiguo teatro de la Casa de la Caritat y asimilarlo al edificio actual como un gran auditorio de 400 plazas.

«Las obras empezarán en octubre», afirmó Josep Ramoneda con satisfacción.No sin motivo: «Nos hace falta espacio, ya no podemos crecer más. Además, el nuevo espacio nos permitirá integrarnos más en el barrio, porque tendremos dos entradas, una en Montalegre y otra en Valldonzella».

Será por esta calle por donde se accederá a los 3.700 metros cuadrados que ganará el CCCB, en los que se construirá un auditorio -que doblará en número de plazas al que hay ahora-, varias aulas y un espacio para poder presentar instalaciones y 'performances'.Un pasillo subterráneo conectará el antiguo teatro con la planta subterránea del CCCB, aunque todavía están por decidir si este acceso será permanente o puntual.

Está previsto que el nuevo espacio -en el que actualmente se alojan los grupos de trabajo asociados al CCCB- esté listo en la primera mitad de 2009 y su rehabilitación costará unos 6 millones de euros.

El estudio de arquitectura Torres-Martínez Lapeña es el encargado de afrontar la reforma de un edificio que data de 1912 y del que se conservará la estructura original, tal y como marca su declaración de bien de interés local.

PIES DE FOTO TITULADAS

'En transició'.

En la exposición que el CCCB presenta a partir de noviembre se podrán revivir momentos culturales como el de la foto, que recoge un concierto del grupo punk Basura en Barcelona (1978).

'Fronteres'. Entre el 2 de mayo y el 30 de septiembre se van a levantar en el CCCB todos los muros del mundo -los de piedra y los de las desigualdades- para hablar de sus consecuencias.

'Apartheid'. Es una fotografía de hoy. Habla de la unión entre dos mundos que han vivido juntos, pero separados. Por fin, parecen encontrarse, pero ha costado muchas vidas y sacrificios. De las atrocidades y también de los finales felices habla la exposición Apartheid (a partir del 26 de septiembre).

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