JUAN DE DIOS ROMAN
En un partido largo, pleno de incertidumbre, con variables y ricas acciones tácticas, a España le faltó jugar momentos con el marcador a favor y poder trasladar al anfitrión toda la presión de un pabellón y un país expectante. No pudo, no supo, ¿o no la dejaron? He ahí la interrogante principal de esta historia que nos ha apartado de continuar en la defensa del título conseguido hace dos años en el Mundial de Túnez. Cierto es que la entrada en el partido de Alemania fue intensísima y práctica en los primeros goles, aprovechando opciones de contraataque, pero no es menos cierto que en el desarrollo del partido la progresión en el aspecto de la resistencia física evolucionaba de nuestro lado.
Las estrategias en los planteamientos de ambos entrenadores fueron las esperadas. Davis ejercía de avanzado en el 5:1 defensivo del equipo de Juan Carlos Pastor, mientras que Brandt mandó su tradicional, duro y permanente 6:0, protegiendo al máximo al portero, Fritz. Nada nuevo en principio, pero mejor ajustada la estructura alemana. Con la ventaja inicial y viento favorable Alemania, el anfitrión jugó excelentes minutos en ataque, con un inesperado juego entre líneas que creó dudas a las acciones defensivas: ¿salir o no?, ¿progresar a nueve metros o marcar en la línea? Interrogantes que se tardó en resolver y siempre a remolque en el electrónico.
En las tareas atacantes, con un irregular Chema Rodríguez en la dirección desde el central y sin la chispa habitual, Raul Entrerríos dirigió con suficiencia y sentido hasta que le fallaron las fuerzas contra la mayor dureza del oponente. Las soluciones habituales con Rolando Uríos, sin duda el mejor pivote de la historia del balonmano, funcionaron, aunque ello sólo no podía ser bastante a lo largo de un partido de cuartos de final. Faltaron la eficacia e inteligencia defensiva para recuperar balones y explotar el contraataque. Tara importante si, además, el lanzamiento a distancia siguió sin aparecer como ha venido siendo habitual en el torneo.
En la semifinal de 1999, en Egipto, una decisión arbitral evitó el pase de España a la final del Mundial. Ayer, una suma de pequeñas decisiones evitaron el poder seguir en la defensa del título de 2005. Algo sigue pasando en la esfera internacional de este deporte. Decir esto no evita precisar que a España le ha faltado equilibrio en el desarrollo de su travesía por Alemania, algo de consistencia y la alegría física de la edición anterior en Túnez. El Mundial continúa.
|