VICTOR SEARA. Especial para EL MUNDO
VALENCIA.-
Se respira un clima de Gran Premio en el circuito Ricardo Tormo de la Comunidad Valenciana, en Cheste. Allí, nueve de las 11 escuderías de la F1 están presentes con alguno de sus pilotos, y todas ellas, con al menos uno de sus nuevos modelos. Entre ellas, McLaren, que con Fernando Alonso ha marcado el paso de estos primeros ensayos, aunque con un solo ejemplar del nuevo MP4/22, después de que el otro coche lo destrozase la pasada semana su compañero Lewis Hamilton.
La jornada de ayer tenía que ser la primera en medir las fuerzas de los más poderosos y este primer asalto se ha saldado con una categórica victoria de Fernando Alonso. El bicampeón del mundo distanció en casi un segundo a su más inmediato perseguidor, el brasileño Nelsinho Piquet, que con su Renault marcó 1:13.549 frente a los 1:12.563 de Alonso. Los demás pilotos quedaron relegados a una distancia enorme. También Kimi Raikkonen, que se estrenaba a los mandos del Ferrari F2007.
El finlandés quedaba a más de un segundo de quien ocupa ahora su sitio en McLaren. El plateado monoplaza del asturiano va en serio. Va rápido, marca el ritmo y los demás ya lo saben. La pareja empieza a conocerse a fondo, y funciona. Y mucho más cuando ambos cónyuges están exprimiendo lo que tienen. Uno para ganar. El otro, para volver a hacerlo.
Garantías.
Pero no sólo en términos de velocidad se miden las prestaciones. También en fiabilidad, y es allí donde surgen dudas. En Cheste, fue Alonso quien más rodó, casi doblando en vueltas a sus rivales. Y hasta dos veces le dejó tirado ayer el coche, con pérdidas de aceite, un inconveniente que parece repetirse peligrosamente en la órbita de su recién estrenado patrón.
Puede interpretarse como un problema de motor, pero es cierto que la escudería parece empeñada en averiguar hasta dónde aguanta el cuestionado propulsor Mercedes. Como ya lo han hecho en otras ocasiones este año, han simulado rodar tras un coche de seguridad, elevando la temperatura del motor para probar. Quizá haya sido éste el motivo de los inconvenientes con el aceite. En McLaren no parecen estar preocupados.
La anécdota del día se produjo cuando la lluvia arreciaba y la visibilidad era poca. Como siempre suele intentarlo todo bajo la lluvia, Fernando Alonso se encontró rodando bajo el aguacero detrás del Ferrari de Badoer. Éste era más lento, pero no le facilitó las cosas. En una frenada, el rojo bólido del italiano perdió la trazada y Alonso se le acercó mucho. En la curva siguiente se tocaron y el coche rojo terminó encajado en la grava. «Podía haberme pedido perdón», dijo después Badoer, aunque reconocía no tener clara la culpabilidad del incidente, mientras la gente de Ferrari intentaba recuperar el vídeo del encontronazo, como si Michael Schumacher siguiese corriendo para ellos. Alonso, ajeno a esas maniobras, seguía probando su McLaren.
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