JUAN RAMON CARIDAD
Hablar de China o India acarrea siempre unas cifras mareantes de crecimientos, una demanda doméstica de ensueño y unas rentabilidades esperadas que le permiten a uno ser el centro de atención en cualquier sobremesa, incluso rodeado de promotores inmobiliarios. ¿Invertimos? Paradógicamente les diría que no pero sí y me explico. Es fundamental tener claro que los fondos que toman posiciones en países emergentes son pocos, grandes y cobardes. Su tamaño limita mucho el número de compañías en las que pueden invertir, en ellas el potencial de rentabilidad es menor y por esta razón las valoraciones de las grandes empresas de los principales índices de Asia-Pacífico son excesivas. India y Tailandia nos han recordado recientemente que ante un evento negativo, se olvida cualquier argumento económico y donde dije digo, digo vendo. El pánico y la iliquidez toman el control y así no es aconsejable invertir.
¿Entonces por qué sí? Porque existen productos de menor tamaño, propiedad de gestores flexibles que cobran por éxito y que invierten de manera concentrada en compañías fuera de los principales índices. Toman posiciones sólo en sectores en los que el riesgo pueda estar bien pagado: logística (para beneficiarse de la indudable globalización), en infraestructuras de agua (por la creciente urbanización) y en alternativas tan exóticas como accesorios para niños (gracias a una población enorme). Si ésta es la estrategia y tuviéramos la suerte de los promotores, que no ven en el buzón diariamente el precio de su vivienda, el éxito a pesar de la volatilidad y los duros momentos de iliquidez estaría garantizado.
Juan Ramón Caridad es socio de Atlas Capital.
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