Apenas estuvieron 40 minutos en el palacio de Justicia. No les hizo falta más tiempo. Y es que Arnaldo Otegi, Pernando Barrena y Juan José Petrikorena se negaron ayer a responder a las preguntas del juez instructor, de la Fiscalía y del abogado del Foro Ermua sobre el carácter de la reunión que el 19 de abril mantuvieron con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, en Ajuria Enea.
Al salir, Otegi fue duro: «Hoy volvemos a constatar que la actividad política de los militantes independentistas de este país está siendo, como en el franquismo, regulada por los tribunales de excepción».
Los tres ex dirigentes de Batasuna se limitaron a dar lectura a sendas declaraciones idénticas y escritas en euskara, en las que enmarcaron la reunión con el máximo líder del Gobierno vasco dentro de los encuentros que han mantenido con líderes de diferentes formaciones políticas desde que ETA declarase el alto el fuego, el pasado mes de marzo.
En ningún momento, Otegi, Barrena y Petrikorena negaron ante el instructor del llamado caso Ibarretxe, Roberto Saiz Fernández, que hubieran acudido a esta cita en calidad de representantes de Batasuna, motivo por el cual la Sala de lo Civil y lo Penal del Alto Tribunal Supremo les imputa un delito de desobediencia al Tribunal Supremo, extensible a Ibarretxe en grado de cooperador necesario al haber organizado dicha cita, y que le convertirá hoy en el primer lehendakari de la historia del País Vasco en declarar ante un juez.
Los tres dirigentes de la ilegalizada Batasuna imputados en el caso Ibarretxe llegaron al palacio de Justicia de Bilbao a las 9.30 horas arropados por una modesta delegación de ex dirigentes de Batasuna, como su abogada Jone Goirizelaia, Joseba Permach, Tasio Erkizia, Marije Fullaondo, Rufino Etxeberria o Ibón Arbulu. A esa hora había sido convocado para prestar declaración Arnaldo Otegi. La previsión era que Barrena hiciera lo propio a las 11.00 horas y Petrikorena a las 12.00 horas. Sin embargo, en apenas 40 minutos los tres salían del TSJPV.
Otegi informó entonces de que ninguno de ellos había querido responder a las preguntas de juez, fiscal y acusación particular, si bien el abogado del Foro Ermua, Fernando García Capello, precisó posteriormente que habían dado lectura a sendos comunicados en euskara en los que reconocieron la reunión con Ibarretxe y la enmarcaron dentro de la ronda de contactos que habían iniciado tras la declaración del alto el fuego.
Tras aclarar este punto, Otegi, Barrena y Petrikorena se acogieron a su derecho de no responder a ninguna pregunta, por lo que ni el letrado del Foro Ermua ni la Fiscalía, favorable al archivo de la causa, llegaron a formularlas.
Ya en la calle, Otegi realizó una valoración política de lo sucedido ante los medios de comunicación. El portavoz de la ilegalizada Batasuna justificó su negativa a declarar advirtiendo de que su imputación, la de sus dos ex compañeros de partido y la del lehendakari no responde, a su juicio, a un «debate jurídico, sino a un debate político» cuya motivación fundamental es la Ley de Partidos.
«En su día hubo una legislación de excepción que se construyó entre el PSOE y el PP contra la izquierda abertzale y hoy volvemos a constatar que la actividad política de los militantes independentistas de este país está siendo, como durante el franquismo, regulada por los tribunales de excepción», sentenció.
Otegi exigió la desactivación inmediata de todas las «medidas de excepción que recortan derechos y no permiten hacer un proceso democrático en condiciones», y añadió que causas judiciales como ésta suponen «un obstáculo que hay que superar si realmente se quiere hacer un proceso democrático en Euskal Herria».
Hoy le toca el turno al lehendakari. Deberá ofrecer su versión sobre el motivo y la forma en la que se celebró su encuentro en Ajuria Enea con los tres dirigentes de la ilegalizada Batasuna para que Saiz decida si sigue adelante con la causa, abriendo la fase de la vista oral, o si, por el contrario, da carpetazo al asunto.
Su comparecencia ante el juez instructor está prevista para las 9.30 horas y se espera que tanto el PNV como sus socios en el tripartito -tal y como ocurriera en diciembre de 2003 con la declaración de Juan María Atutxa, Gorka Knörr y Kontxi Bilbao-, movilicen a sus simpatizantes ante la entrada del palacio de Justicia de Bilbao en señal de protesta.